Maria Antònia Munar, expresidenta del Consell de Mallorca e imputada en una pieza separada del caso Voltor, se acogió ayer a su derecho a no declarar, debido a la confusión mental y desánimo frutos del cáncer y otra dolencia que sufre. No obstante, el fiscal anticorrupción acusó ayer a Munar de urdir, junto a otros exdirigentes de UM, una presunta trama para desviar fondos públicos a dicho partido.

Munar finalmente acató la decisión judicial y acudió, hacia las nueve y veinte de la mañana, al juzgado de instrucción 10. La magistrada Carmen Abrines desoyó el viernes pasado su solicitud de aplazar la comparecencia, debido al cáncer y otra enfermedad asociada a la anterior que padece la también expresidenta de UM.

Según fuentes jurídicas en el informe aportado el viernes al juzgado no se mencionaba el cáncer y solo se hacía referencia al bajo estado anímico de Munar y a la medicación para dicho problema.

Munar, acompañada por su abogado Gabriel Garcías, apenas estuvo 40 minutos en los juzgados. Su declaración fue muy breve. En ella explicó los motivos de salud por los que no estaba en condiciones de responder a preguntas referentes a hechos ocurridos entre 2003 y 2007, cuando presidía el Consell de Mallorca.

Ayer Munar, que está siendo sometida a un duro tratamiento desde hace meses para su cáncer, llegó a Vía Alemania con ropas oscuras, unas grandes gafas de sol y una media melena. Su aspecto era evidentemente desmejorado en relación a antes de la enfermedad. Apareció un poco desorientada. Eso sí: saludó con amabilidad a su abogado, al vigilante de seguridad y a los asistentes a su breve comparecencia. Su recorrido fue captado por numerosas cámaras de medios de comunicación.

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