Lluc Colom, dueño del bar Can Lluch, jefe de Emergencias del Consell hace dos legislaturas y presidente de una asociación de vecinos de Santa Catalina, se desvinculó ayer ante la juez de la caza de votos en su barrio por supuestos agentes electorales de UM. Según la fiscalía anticorrupción, el proyecto Angelots se financió con fondos del Consell y consistió en visitas domiciliarias a personas desvalidas para tratar de conseguir su voto para UM.

Colom, defendido por Jaime Rodríguez, reconoció que el "proyecto Angelots" fue impulsado por la exdirigente de UM María José Rodríguez, que hoy declarará como imputada en esta pieza separada de Voltor.

El líder vecinal aseguró que ignoraba que UM estuviera detrás de la iniciativa, aunque siempre pensó que "Rodríguez no lo hacía de una forma altruista".

"Yo recibía llamadas en la Asociación de personas que vivían solas, que necesitaban ayuda y luego daba sus direcciones a un grupo de asistentes sociales mandadas por Rodríguez y que recalaban por mi bar", explicó el hostelero encausado.

Anticorrupción sospecha que el Bar Can Lluc era una oficina electoral encubierta de UM, extremo negado por su propietario.

Ramón explicó que era militante de base de UM desde hacía 10 años, pero que nadie le dijo que hubiera un trasfondo electoral en la asistencia a estas personas. El fiscal le preguntó si los auxiliados eran invitados después a los actos electorales de UM en el barrio, como torradas, etc. Ramón contestó con un "no puedo asegurarlo". Hoy también declarará Josep Lliteres, exdirigente de UM e imputado en la pieza.