El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Balears señala que el cambio climático está produciendo ya más episodios de olas de calor pero que el invierno se está calentando de forma más lenta que el verano, la primavera e, incluso, el otoño. Nunca en Balears se han sobrepasado los 45 grados -el registro más alto se dio en Muro el 3 de julio de 1994, con 44,2 grados-, pero Jansà no descarta que se alcancen

­—¿Cuáles son los principales riesgos meteorológicos de Balears?

—La lluvia y el viento fuerte, temperaturas máximas altas, temperaturas mínimas bajas, las nevadas, las tormentas, los temporales costeros y, por último, las rissagas. Los episodios mixtos que combinan el viento fuerte con lluvias intensas y fenómenos costeros son los que tienen repercusiones más importantes.

—Un reciente estudio ha puesto de manifiesto que un tsunami tendría efectos devastadores en las costas de Balears...

—Bueno, el tsunami no es un fenómeno meteorológico, está producido por un terremoto. Pero en Balears tenemos algo similar, las rissagas fuertes que también denominamos meteotsunamis.

—¿Cuáles han sido las rissagas más fuertes registradas en las islas?

—Las dos se produjeron en Ciutadella. La primera de ellas el 20 de junio de 1984 y la otra el 15 de junio de 2006. Lo normal es que la oscilación del mar no sobrepase el metro o metro y medio, pero en estos casos hubo desniveles de más de cuatro metros con unos resultados catastróficos.

—Pero las rissagas no son un fenómeno exclusivo de Ciutadella...

—No. También se han dado en ocasiones en Sóller, Portocolom, Porto Cristo y también en playas abiertas como la de Santa Ponça.

—¿Cuál ha sido el peor temporal que ha padecido esta comunidad?

—El de los días 10 y 11 de noviembre de 2001. Fue la borrasca más intensa del Mediterráneo Occidental en cincuenta y pico años, desde 1957 en concreto. Hubo vientos y lluvias muy fuertes que provocaron una inmensa caída de árboles. En un primer momento se cifró en doscientos mil los árboles arrancados, pero valoraciones posteriores hablan de la pérdida de cerca de un millón. Produjo cuatro muertos en Mallorca, aunque ese mismo temporal ocasionó setecientos muertos en Argelia, la mayoría por las inundaciones que padeció su capital Argel, poco preparada para un fenómeno tan violento. Fue el más fuerte, pero no el más dañino en términos económicos.

—¿Qué temporal tiene este honor?

—La tormenta que asoló Palma el 4 de octubre de 2007, aunque barrió toda Mallorca. En el de 2001 el consorcio de compensación de seguros atendió 7.800 reclamaciones y pagó 22 millones de euros. En el de 2007 se atendieron más de 11.000 reclamaciones y se llegó a pagar hasta 43 millones de euros.

—¿Fue ese día en que de repente se hizo de noche?

—Sí. Fue una tormenta muy fuerte con rachas de viento de ciento veinte kilómetros por hora y dos caps de fibló. Fue la tormenta perfecta. Murió una persona, el guardia jurado que vigilaba las obras del hospital de Son Espases.

—¿Falló la predicción en ese caso?

—Fue más impredecible porque fue más local y más pequeña que la de 2001. Los riesgos meteorológicos asociados a borrascas son más previsibles porque los modelos matemáticos de predicción simulan bastante bien los sistemas extensos, pero no así las borrascas más pequeñas. La perfección en meteorología no existe, aunque en la tormenta de 2001 se advirtió bastante bien, con más de un día de antelación. La de octubre de 2007 era imposible detectarla a un día vista.

—¿Y los caps de fibló? ¿Son predecibles?

—No, hoy por hoy no lo son.

—¿Y en un futuro?

—Es difícil. Habría que desplegar radares de más resolución que los actuales. En Estados Unidos, el país puntero en predicción meteorológica que cuenta con la tecnología más avanzada, sólo puede advertir de la llegada de un tornado con media hora de margen.

—¿Qué nos depara el cambio climático?

—Bueno, ya tenemos un claro aumento de los episodios de olas de calor. Y los días de mucho frío invernal están disminuyendo, pero la tendencia es menor en este caso. El invierno se está calentando más despacio que el verano, la primavera, e incluso el otoño.

—¿Cuál ha sido la temperatura máxima registrada en Balears?

—Los 44,2 grados que se alcanzaron el 3 de julio de 1994 en Muro. Nunca se han sobrepasado los 45 grados, pero se podría llegar.

—¿Y la mínima?

—Los menos trece grados y medio que marcaron los termómetros en febrero de 1956 en Lluc.

—¿Y cuál ha sido la temperatura máxima registrada en Palma?

—Los 41,4 grados que se alcanzaron en la estación meteorológica del aeropuerto el 25 de junio de 2001.

—Por último, ¿cuál es la zona más calurosa de Mallorca?

—El interior tirando hacia el norte es el área más cálida de la isla.