Aunque se queja mucho, al Govern del PP empieza a soplarle el viento a favor. Y silba con fuerza. Ni el horizonte de la crisis es tan negro como lo pinta el PP, ni los ingresos públicos están tan deprimidos como venden el president Bauzá y su vicepresident de Economía. Al margen de declaraciones políticas que hablan de catástrofe económica y alimentan la necesidad de aplicar los recortes públicos más duros de todo el mapa autonómico, la realidad desprovista de adjetivos de campaña está en las cifras de recaudación de la Agencia Tributaria, que son buenas. O muy buenas: el impuesto más ligado a la actividad económica, el IVA que grava el consumo, ha experimentado este verano subidas de recaudación de las que quitan el hipo, con avances del 57% en agosto y nada menos que el 134% en septiembre (¡más del doble!).

La temporada turística de los récords permite así que, entre enero y septiembre, los ingresos fiscales por IVA hayan alcanzado los 359,1 millones de euros, cantidad que casi dobla lo conseguido en el mismo período de 2009 (190 millones). Y no solo eso, que es fácil superar los datos del peor año económico de la historia democrática balear, pero no tanto lograr ingresos mejores que los registrados en el último año de bonanza y milagro económico, el 2008. Pero así es. En aquel ejercicio 2008, que comenzó a torcerse a mediados de septiembre con la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, las islas recaudaron por IVA entre enero y septiembre 303 millones de euros, mucho menos (un 18% menos) que en este verano de turistas en flor y hoteles rebosantes.

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