Los investigadores de la Guardia Civil que intentan aclarar el llamado caso Osifar han constatado que la empresa municipal Emaya, durante los años que fue dirigida por Unió Mallorquina, llegó a contratar a unas 200 personas. La mayoría de estos empleados eran personas próximas al partido o tenían algún familiar con muy buenas relaciones en la formación política. Los sueldos eran, además, mucho más elevados que los que cobraban el resto de trabajadores del Ayuntamiento.

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