La exnúmero 2 de Unió Mallorquina en el Ayuntamiento de Palma y expresidenta de Emaya, Cristina Cerdó, continúa detenida en la Comandancia de la Guardia Civil de Palma, donde sigue declarando ante los agentes y los fiscales Anticorrupción en el marco de la segunda fase de la Operación Ossifar, según han informado a Europa Press fuentes de la Benemérita.

Así, las mismas fuentes han señalado que "posiblemente", tras su declaración Cerdó sea puesta en libertad con cargos, al tiempo que han indicado que en la Comandancia también permanece declarando en calidad de imputada Antonia Vidal, exsecretaria del exvicepresidente del Consell de Mallorca y exportavoz de UM en el Ayuntamiento, Miquel Nadal.

De este modo, ambas están siendo interrogadas en torno a la contratación de presuntos agentes electorales de la extinta formación nacionalista que, a pesar de estar a sueldo de la empresa municipal, en realidad se dedicaban en exclusiva a labores de partido y a la captación de votos para UM.

Fuentes de la investigación han revelado a Europa Press que sobre Cerdó pesan en concreto presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y fraude a la administración. La que fuese teniente de alcalde de Medio Ambiente en la pasada legislatura ha sido detenida esta mañana por agentes del Instituto Armado, que la han conducido en un vehículo hasta la comandancia.

Concretamente, son seis los encausados dentro de esta segunda fase del caso. Cabe recordar que Cerdó ya fue arrestada el pasado mes de febrero en el marco del caso Picnic, que de forma paralela investiga si UM utilizó fondos públicos del Ayuntamiento para captar nuevos afiliados y futuros votantes de UM en este caso a través del Instituto Municipal de Formación Ocupacional y Fomento (Imfof), y dentro del cual Cerdó se encuentra bajo fianza de 300.000 euros, una de las cauciones más altas impuestas para un político en Baleares, tan sólo por detrás de la impuesta al expresidente del Govern, Jaume Matas (tres millones de euros, reciemente rebajada a 2,5 millones) y la expresidenta del Parlament y de UM, Maria Antònia Munar (350.000 euros).

De hecho, en el auto que decretaba prisión provisional bajo fianza para Cerdó, el magistrado Francisco José Pérez aludía a la existencia de indicios que apuntaban a que la exregidora daba las "oportunas órdenes" para indicar qué personas debían ser contratadas por el Ayuntamiento como agentes medioambientales que en realidad habrían realizado labores particulares "única y exclusivamente en claro beneficio de UM".

Pese a que la propia Cerdó rechazó su participación en estos hechos al ser interrogada por el magistrado, el auto señalaba que Cerdó era "conocedora" de que el trabajo de los agentes iba dirigido a la "retención de potenciales votantes". "Con la contratación de gente afín la formación se ganaba adeptos y fieles que los apoyarían, dando así una imagen de ser un partido de éxito con el consecuente efecto arrastre que ello puede suponer a la hora de disipar el llamado voto útil", recalcaba el juez.

Mientras tanto, Cerdó también se encuentra encausada en un tercer proceso de presunta corrupción, el caso Maquillaje, en el marco del cual fue interrogada en torno al programa de mejora del entorno denominado Agenda Local 21, cuyos informadores iban puerta por puerta presuntamente para atraer simpatizantes.

Hasta el momento ya son seis los imputados dentro de la segunda fase de la Operación Ossifar, ya que junto a Cerdó también fue arrestada, el pasado miércoles, L.J.Z., exjefa de un departamento supuestamente 'fantasma' de Emaya, conocido como Oficina de Atención a la Ciudadanía, en el que UM colocaba a sus presuntos agentes electorales.

Asimismo, también se les ha tomado declaración como imputados al el alcalde de Porreres, Bernat Bauzá, y a la exgerente de Emaya, Malen Tortella, así como a la consejera ejecutiva de Melchor Mascaró, Antonia Mascaró, si bien no se descartan nuevas imputaciones a lo largo de este viernes.

El arresto de L.J.Z. se produjo después de que el ex jefe del área de Medio Ambiente de Emaya, Germán Chacártegui, se prestase a colaborar con las investigaciones y, en dependencias de la Guardia Civil, manifestase que dentro de la compañía se comentaba que la labor de los empleados que trabajaban en el departamento orientado a la ciudadanía estaba relacionada con UM. La sociedad municipal ya se encontraba bajo la lupa judicial por haber sido presuntamente utilizada para favorecer a personas afines a la formación nacionalista mediante su colocación en esta empresa.