Durante el pleito, la defensa de Ràdio i Televisió de Mallorca puso el dedo en la llaga en el sobreprecio detectado de Son Puig, insinuando que detrás de la compraventa de la sede televisiva podría haber intereses especulativos, lo que popularmente se denomina como ´pelotazo´ urbanístico.

Según el relato de la parte demandada, un conocido arquitecto de Palma se "las veía felices" ante la operación, por parte del Consell, para adjudicar las instalaciones del ente público. RTVM resalta que este técnico se hizo con la propiedad de la ´possessió´ el 3 de febrero de 2006 por 2,5 millones de euros, y el 26 de mayo del mismo año, solo cuatro meses más tarde, otorgó a FCC/Tema una opción de compra de Son Puig con la que se presentó al concurso, solo que la finca valía ya 5,5 millones de euros. El letrado de RTVM considera llamativo que el arquitecto en cuestión fuese también el redactor del proyecto de la sede audiovisual, a sabiendas de "la imposibilidad de la adecuación a la normativa urbanística". m. f. palma