El arquitecto que ayer se confesó culpable de un delito urbanístico no solo tendrá que pagar la multa económica y no podrá ejercer su profesión durante un año, sino que tendrá que pagar de su propio bolsillo los gastos de demolición de la casa ilegal que él proyectó. Si el arquitecto no paga esta demolición tendrá que hacerlo el excelador de obras de Andratx, Jaume Gibert, uno de los principales acusados en esta trama urbanística.

Se trata de una casa que se construyó en un solar rústico en el año 2002. El arquitecto elaboró inicialmente un proyecto en el que afirmaba que en este terreno había una antigua construcción ya demolida, para dar una cobertura técnica a la licencia que se iba a solicitar. Para conseguir este trato de favor se contaba con la ayuda de Jaume Massot y de Jaume Gibert. La casa se levantó no sobre las antiguas ruinas del terreno, sino en otro lugar distinto. Se demolieron las ruinas y la casa se levantó en una parcela distinta a la que señalaba el permiso municipal. Al inicio del juicio, el fiscal y la abogada del ayuntamiento de Andratx retiraron los cargos contra el exasesor legal del consistorio.