"Este fármaco, aunque no sé en qué medida, ha conseguido que disminuyan las interrupciones voluntarias del embarazo por primera vez el año pasado. Es un buen medicamento aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con unos efectos secundarios controlables, no muy serios", sostiene la doctora Margarita Torres, presidenta de la Sociedad Balear de Ginecología y Obstetricia. Torres ve como aspecto positivo de su dispensación sin receta que ahora está al alcance de todo el mundo y, como efecto negativo, que se ha sorteado la labor orientadora del facultativo hacía el paciente cuando se precisaba de una prescripción. "Es una cuestión de educación sanitaria", concluye.