Una multa de 30 euros tendrán que pagar cada uno de los nueve jóvenes seguidores del movimiento a favor del pueblo saharaui que se negaron a desmontar la haima que se instaló en el Passeig de es Born, en Palma. La juez del juzgado de instrucción número 1 de Palma les declara culpables de una falta de desobediencia, al no cumplir la orden municipal que les obligaba a desalojar y a desmontar la instalación.

Los hechos se produjeron el pasado mes de marzo. El día 24, sobre las 7.30 horas, se personaron en es Born varios agentes de la Unidad de Intervención Inmediata de la Policía Local. Los agentes tenían órdenes de ejecutar el cumplimiento de un decreto de la alcaldía de Palma, que ordenaba la retirada de la haima del Passeig de es Born, una instalación que se había convertido en un lugar de reivindicación de los derechos del pueblo saharaui.

El subinspector de la Policía Local se entrevistó con dos integrantes del grupo. No eran los líderes de este movimiento, pero a ellos se les anunció el contenido del decreto de alcaldía. La orden municipal establecía la retirada de la haima y de todos los elementos que la componían, así como el desalojo, si era el caso, de las personas que en ella se encontraran. El decreto daba un plazo de 24 horas para que se cumpliera.

La juez explica en su sentencia, que de todo el grupo que había pasado la noche en la tienda, solo dos de ellos aceptaron marcharse. La Policía les advirtió al resto que si no se marchaban y desmontaban la instalación incurrirían en una falta de desobediencia a la autoridad. Al comprobar que solo se marchaban dos de los integrantes del grupo, el subinspector volvió a insistir en que serían denunciados por desobediencia. Ante estas circunstancias, los nueve jóvenes decidieron recoger sus pertenencias y salieron de la haima, si bien se negaron a desmontar la instalación al alegar razones culturales. Los seguidores de este movimiento fueron juzgados la semana pasada. Todos ellos reconocieron que conocían la orden municipal. La juez alcanza la convicción de que los jóvenes sabían que se había denegado el recurso contra el desalojo de la tienda y eran conscientes de que la orden municipal les obliga a marcharse de la jaima y a desmontar toda la estructura. También valora que los nueve jóvenes actuaron de una forma "pacífica y colaboradora" y les impone la multa mínima.