Como buen deportista, Miquel Ramis aprendió hace tiempo que en política a veces hay que contener la rabia y dar un paso atrás para luego llegar a la meta con doble ventaja. En 2008 ya quiso ir de número uno al Congreso, pero fracasó en el intento. Su fidelidad a José Ramón Bauzá y a Gabriel Cañellas le permitirán ahora poner la guinda a todo un carrerón político, aunque con numerosos enemigos, dentro y fuera del PP.

—¿Compadece a su rival del PSOE, Pablo Martín, por la papeleta?

—En absoluto, le respeto. Soy muy deportista y no conozco ningún partido que se haya ganado antes de jugarse... Solo que como yo soy del Barça, no significa que no le haga alguna manita [ríe].

—¿Quiere un debate televisivo con él?

—No tengo ningún inconveniente. Y con el resto de candidatos, tampoco.

—José María Rodríguez quería que el número 1 al Congreso fuera de Palma, evidentemente con usted no lo logró, y también ha fracasado en su intento de colocar a Carmen Feliu de 4. ¿Ya no pinta nada en el PP?

—[Ríe] No tengo constancia de que Rodríguez quisiera imponer ni unos ni cuatros. Es un hombre formado y con peso dentro del partido. Puede aportar sus ideas. Antes y ahora pinta en el partido, siempre se le tiene en cuenta, y luego el presidente Bauzá hace lo que cree mejor para el partido y los ciudadanos, nunca en función de lo que diga o deje de decir una persona en concreto.

—Bauzá dice que no recibe consejos de Gabriel Cañellas ¿a usted cuál le ha dado?

—Muchos. Y buenos. Me ha dado tantos, que tener que recordar solo uno, me cuesta. En cualquier caso sí que quiero decir que otras personas me han ayudado mucho, entre ellas el propio José Ramón Bauzá.

—Carrau, Horrach, Subirán... ¿Los fiscales Anticorrupción de Balears pueden prepararse para ir al paro después del 20-N?

—No, son funcionarios de carrera, están sometidos al estatuto del funcionario público.

—¿Un cambio de destino, quizá?

—Se lo tendrás que preguntar a sus jefes, yo desde luego no lo sé.

—Delgado, Rotger, Ramis... El barón del PP que se porta bien con Bauzá, tiene premio ¿Queda demostrado, no?

–No, no es así. El que es leal con el PP, no con Bauzá, tiene posibilidad de tener responsabilidades. Hoy en política los premios no existen, hay muchos responsables institucionales que si dependiera de ellos estarían mejor en la empresa privada, cobrando mejores sueldos y trabajando menos horas. Por eso muchos cargos en la empresa privada cuando les ofrecimos entrar en el Govern nos dijeron que no.

—Siguiendo con su teoría, usted fue leal con el PP y sin embargo no le fue bien con Rosa Estarás.

—Pero eso ya depende de cada líder y cada persona. Yo me he entendido con algunos más que con otros, pero nunca me he movido del PP, esa es la gran diferencia.

—¿Antoni Pastor es recuperable?

—Sin duda, Pastor es un valor del partido y el PP sin él no es el mismo, y –esto ya es una opinión personal– creo que Toni sin el PP, tampoco.

—¿Comparte las críticas internas porque Bauzá coloca a gente que no es del PP en detrimento de la militancia?

—Las entiendo, que no quiere decir necesariamente compartir, pero yo tengo que pedir a esta gente que reflexionen y se den cuenta de que ni el partido, ni el Govern ni las demás instituciones son agencias de colocación. Los hay que hace 8 años que no tenemos ningún sueldo institucional de ningún sitio, ni siquiera siendo secretarios generales. Pongámonos todos tranquilos.

—Usted siempre ha presumido de no necesitar la política para vivir, pero a la vez esto hace que tenga bastantes contrarios con la lupa puesta sobre su actividad privada y sus negocios. ¿Vive tranquilo, en este sentido?

—Totalmente. Yo creo que tener que vivir de la política –ojo, no critico a nadie– te limita, y por tanto pienso que es bueno ese estatus que suelen tener muchos políticos norteamericanos, que solo se dedican a la política cuando han sido capaces de triunfar en su actividad privada, de modo que tienen cubiertas sus necesidades económicas. Estos son vocacionales, sin ninguna duda. Estos sí.

—¿Cuál ha sido la equivocación más grave de Bauzá en estos primeros meses de gobierno?

—Se han cometido algunos errores, pero han sido cien días de toma de decisiones exprés, con presiones, muy rápidas, porque la Comunidad Autónoma, con perdón, estaba hecha unos zorros. Creo que Bauzá tiene el derecho a equivocarse; lo importante es darse cuenta de cuando eso ocurre, no dar la culpa a los demás, y rectificar a tiempo. Es justamente lo contrario de lo que hizo el Pacto con esta grave crisis económica, eso es lo grave de verdad, no querer reconocerla y encima responsabilizar a otros, y no cambiar de rumbo a tiempo. El que se equivoca honestamente, no ha hecho nada mal.

—¿Y en qué ha estado más acertado el presidente?

—En la seguridad a la hora de fijar los objetivos del Govern. A veces a Bauzá le cuesta mucho tomar una decisión, necesita hablar con uno y otro... pero cuando la toma, no suelta hasta el final, y eso está muy bien. Es constante. Y es valiente, hay quien dice que hasta la osadía, pero un líder al menos tiene que parecer que sabe adónde va, y eso José Ramón lo hace muy bien.