La consellera de Sanidad, Carmen Castro, afirmó ayer en el pleno del Parlament que las modificaciones introducidas por el anterior Govern para la construcción del hospital de Son Espases han supuesto un "sobrecoste" de 280 millones de euros. "Este sobrecoste costará muchos sueldos al Ibsalut", sostuvo Castro en respuesta a una pregunta de la diputada popular Catalina Palau. La consellera criticó las decisiones adoptadas por el Ejecutivo del socialista Francesc Antich y criticó a su predecesor en la conselleria de Salud y actual diputado del PSOE, Vicens Thomàs, por afirmar en su día que los cambios en el proyecto supondrán 69 millones más, cuando la cantidad final supera con mucho esta cifra.

Entre los datos que ofreció, destaca el que, tras la modificación, el Ibsalut pasó a asumir el coste adicional de 87 millones de euros por el consumo de energía eléctrica y agua para los 30 años de concesión, que en el proyecto inicial del Govern de Jaume Matas debía abonar la adjudicataria, al igual que los 7 millones por la central térmica y paneles solares. A ello agregó 1,3 millones de euros que costó parar las obras y 12 millones más pa ra el equipamiento inicial. Tras el pleno, desde la Conselleria se informó que a estas cantidades hay que añadir otras como 110 millones de canon fijo y variable en 30 años.

En el pleno, la popular Palau también arremetió contra Thomàs, al que acusó de "engañar" al no haber dicho en la pasada legislatura el sobrecoste real que suponía la modificación del proyecto. El exconseller de Salud pidió la palabra por alusiones y el presidente del Parlament, el popular Pere Rotger, se la concedió, lo que provocó quejas entre los escaños del PP ya que, según la portavoz popular, Mabel Cabrer, en la pasada legislatura al PP no se le daba la palabra en situaciones similares.

Thomàs no ofreció cifras, pero sostuvo que los cambios fueron necesarios por que el PP dejó al Govern de Antich un proyecto "obsoleto, deficiente y sin futuro". Tras acusar a los populares de "demagogia", aseguró que con las modificaciones no se desvió "ni un euro". Agregó que las cuentas "están muy claras" y que la demostración es que en diciembre de 2010 entregó al PP el contrato del modificado y los populares "no hicieron nada" ni denunciaron ningún sobrecoste de esta envergadura. En los pasillos de la Cámara, Vicens negó que el sobrecoste fuera de 280 millones y se remitió a los 69 millones que él admitió como titular de Salud.

La intervención de Vicens provocó la queja de Cabrer al considerar que Castro no había hecho ninguna alusión al exconseller. Rotger sostuvo que sí lo había hecho y, ante los aplausos irónicos de Antoni Pastor (PP), reprendió a la bancada popular. "Rogaría a los diputados que aplauden que se miren el Reglamento y cuando se da la palabra por alusiones, la discusión se acaba", dijo Rotger a los diputados de su propio partido.

Este fue uno de los momentos más tensos del pleno junto al posterior cara a cara entre el president José Ramón Bauzá y la portavoz socialista, Francina Armengol, quien preguntó al jefe del Ejecutivo sobre "cómo se siente siendo el presidente de la empresa que más destrucción de empleo está haciendo". Bauzá replicó que el Govern "trabaja" para que en Balears crezca el empleo, pero "no siendo una administración colocadora", al contrario de lo que, según dijo, era el anterior Ejecutivo. "Ustedes han estado cuatro años gobernando y nos han dejado lo que nos han dejado", criticó Bauzá al PSOE.

Armengol emplazó al president a "dejar de criticar al anterior Govern y ponerse a trabajar", además de acusarle de estar "destruyendo ocupación" y crear un "alarmismo" perjudicial para las islas.