Estudios epidemiológicos serios ponen de manifiesto que un 12,5% de los habitantes de Balears se ven afectados por la litiasis renal o urinaria, esto es, por piedras en el riñón. Se trata de una cifra puntera si se compara con otras comunidades autónomas y bastante por encima del 10% de población afectada a nivel mundial. Como explica el urólogo Joan Benejam, jefe de esta especialidad en el hospital de Manacor que compagina su actividad pasando consulta en la Clínica Juaneda, esta enfermedad afecta casi en la misma proporción a hombres y a mujeres.

—¿Es cierto que en Balears hay más casos de piedras en el riñón?

—Sí. Estudios epidemiológicos serios hablan de que un 12,5% de la población se ve afectada por litiasis renal o urinaria. Estamos en los primeros lugares del país y bastante por encima de la prevalencia a nivel mundial, que se sitúa en el 10% de su población.

—¿Y cuál es el motivo? Se ha conjeturado que es debido a la mala calidad de sus aguas.

—No exactamente. Esta enfermedad, como otras, va muy asociada al nivel de desarrollo económico de su sociedad. En países más desarrollados, más casos. Otra de las causas a la que se atribuye esta mayor prevalencia es por unos malos hábitos en la ingesta de líquidos. La gente bebe menos de lo que debería. Para evitar problemas se deberían ingerir al menos dos litros de agua al día, y sobre todo en una comunidad donde hace tanto calor como en ésta. En verano se suda mucho y la gente no se hidrata como debería. También podría haber detrás causas genéticas debido al elevado nivel de consanguinidad que tenemos en estas islas.

—¿Afecta tanto a hombres como a mujeres?

—Casi en la misma proporción, aunque los casos por infecciones son más frecuentes entre las mujeres.

—¿Cuál es la causa de la formación de estas piedras?

—Hay dos grandes factores: por la composición de la orina y por la morfología del sistema urológico. En lo que se refiere a la orina, la formación de cálculos puede deberse a una elevada saturación de calcio o de ácido úrico, a un déficit de los inhibidores que impiden su cristalización o a la presencia de agentes promotores de esta cristalización.

—¿Y cómo afecta la morfología del sistema urológico?

—Es más frecuente esta enfermedad en aquellos riñones que no eliminan bien la orina o que tienen una lesión en el epitelio que desarrollan más los pacientes diabéticos, los fumadores o las personas con problemas por consumo de alcohol.

—¿Cuál es la más frecuente en Mallorca?

—La litiasis más frecuente en Mallorca es la de oxalato cálcico que, además, debuta muy pronto. Se puede desarrollar a partir de los treinta años y, lo que es más grave, si no se eliminan las causas, hay un cincuenta por ciento de posibilidades de tener otro episodio en los cinco años siguientes al primer caso.

—¿Cuál es su recomendación para evitar la formación de estos molestos cálculos?

—Como he dicho antes, la recomendación clave es aumentar la ingesta de líquidos. La gente bebe poco. Para evitar los problemas se deberían beber al menos dos litros de agua al día. Sobre todo en verano.

—¿Y no hay que evitar el consumo de algunos alimentos?

—Depende de la litiasis. En el caso de la producida por una saturación del ácido úrico sí hay que evitar comer pescado, pollo, carnes rojas o mariscos. Pero en la de oxalato cálcico no es tan importante la dieta.

—¿Por qué se produce la litiasis por oxalato cálcico?

—Puede producirse porque se haya lesionado el epitelio, algo bastante frecuente en las personas que consumen muchas aspirinas, o por un déficit en los inhibidores que impiden la cristalización.

—¿Cómo se expulsan las piedras?

—Las pequeñas, aquellas de menos de 0,5 centímetros, las puedes expulsar por ti mismo, sin necesidad de ningún tratamiento. Las piedras de mayor tamaño pueden llegar a taponar el ureter y nos obligan a intervenir. Metemos un instrumental, el uretrorenoscopio, que libera una energía que permite hacer una litotricia in situ eliminando de esta manera el cálculo. O bien llegamos hasta donde están las piedras y las sacamos enteras o las rompemos y las extraemos a trozos. Este aparato, que ahora se utiliza en todo el mundo, lo inventó un científico español. Este artilugio te permite explorar las cavidades renales en su totalidad.

—¿Y qué me dice de la histórica bañera?

—Que es el método más idóneo para las piedras que se forman en el riñón. En estos casos lo ideal es romperla y para ello se usa la histórica bañera, que es la gran revolución para estos tratamientos que surgió el siglo pasado, en la década de los ochenta. Con anterioridad a la invención de la bañera se abría a los pacientes con una cirugía que era muy agresiva para el paciente. Se le intervenía y se actuaba directamente sobre el riñón. Por eso todavía hoy en día se puede ver a muchas personas en Mallorca con una significativa cicatriz en el abdomen producto de estas intervenciones que se hacían en el pasado.

—¿Y por qué el nombre de la bañera?

—Porque te sumergían en una bañera con líquido antes de aplicarte la terapia con ondas de choque que eliminaban los cálculos sin tener que operar. Ahora, aunque se le sigue llamando bañera, la técnica se hace en seco. La gente nos sigue preguntando dónde esta la bañera.

—¿Qué otras técnicas se aplican para eliminar estos cálculos renales?

—A los pacientes que tienen piedras de gran tamaño se les practica en la actualidad una cirugía percutánea. Que, básicamente, consiste en introducir unos tubitos directamente hasta el riñón para tener una abertura en la que poder trabajar directamente con la piedra y sacar poco a poco sus fragmentos.