Miles de personas, hasta 15.000 al final en la Plaza de España, según los convocantes del movimiento 15-M, han mostrado hoy su indignación por las calles de Palma detrás de una pancarta con el lema "No al pacto del euro. Su democracia apesta, construyamos la nuestra".

Convocada por Democracia Real Ya! Mallorca, con el apoyo del movimiento 15-M, la manifestación de Palma -con un regalo operístico incluido- se une a las decenas celebradas en toda España, con la exigencia de "la reorientación de las políticas públicas hacia la protección del interés general, un verdadero reparto de la riqueza y el trabajo como única salida al desempleo, una vida digna para todos y cambios en la Ley Electoral".

La protesta ha empezado con unos veinte minutos de retraso sobre la hora prevista (18:30 horas) y con satisfacción por parte de los organizadores a medida que iban llegando grupos de "indignados" desde localidades tan lejanas de Palma como Son Servera, Portocolom, Inca, Vilafranca, Felanitx, Valldemossa o Bunyola.

Los "indignados" se han congregado en el Parc de la Mar y han comenzado el recorrido por el Borne, la calle Unión, la Rambla y las Avenidas, hasta concluir sobre las 21:30 horas en la Plaza de España, rebautizada como plaza Islandia y centro de las protestas en Baleares desde el 17 de mayo contra la gestión de la crisis y por una profundización de la democracia.

El portavoz del movimiento en Palma, Manu Luna, ha sido ovacionado al decir que había 15.000 personas presentes. La Delegación del Gobierno en Baleares no ha ofrecido una cifra oficial de manifestantes.

La manifestación ha transcurrido sin incidentes y con sumo civismo por parte de los participantes, que han hecho sus pintadas de protestas en las puertas y ventanales de las entidades bancarias sobre enormes láminas de papel para evitar cualquier atisbo de vandalismo y con leyendas como "la crisis que la pague tu banco".

También los bancos públicos de piedra acogen los lienzos improvisados de protesta imitando lemas publicitarios: "Tu otro banco..., y cada día el de más gente".

La anécdota de la marcha se ha producido cuando los manifestantes pasaban frente al Teatro Principal, bajo la mirada de los artistas que están representando estos días "La Traviata" que observaban desde las ventanas, y les han pedido que cantaran.

El protagonista de la obra, el tenor Bruno Ribeiro, ha respondido a la petición y se ha hecho el silencio en la avenida cuando ha empezado a interpretar el brindis de la famosa ópera. Los "indignados" le han aclamado.

"Estos políticos mediocres no nos representan", "el pueblo unido, funciona sin partidos", "Grecia estamos contigo, no te dejaremos sola" o "que no la pague el pueblo", han sido algunos de los gritos más coreados por los manifestantes que han mostrado pancartas con "el sueldo de Zapatero: 7.442 euros" y comentarios como "no hay peluquero para tanta tomadura de pelo".

Luna ha recordado que las movilizaciones continuarán tras la manifestación, con la celebración de asambleas y actividades como la conferencia que ofrecerá mañana el impulsor de la "Revolución Silenciosa de Islandia", Hördur Torfason.

HORDUR TORFASON DARÁ UNA CHARLA EN CLUB DIARIO DE MALLORCA

En los actos previstos para esta semana, cabe señalar que una de las actividades destacadas para este lunes es la conferencia "Una nueva visión de los derechos humanos" que Hordur Torfason ofrecerá a las 12 horas en el Club Diario de Mallorca. El hombre que en 2008 impulsó la revolución islandesa tras instar a su pueblo a reaccionar ante los abusos de banqueros y políticos, que llevaron a este país del norte de Europa a la bancarrota, por la noche visitará la Plaza España y desde las 21:30 horas ofrecerá allí otra charla.

A las 18.00 horas del lunes, además, participará en una mesa redonda en el edificio Sa Riera de la UIB, bajo el título 'Revolución islandesa. ¿Es aplicable este modelo aquí?

La visita de Torfason coincide con el inicio el pasado seis de junio del juicio contra el ex primer ministro islandés, el conservador Geeir H. Haarde, quien está acusado de negligencia grave por su gestión de la crisis, después de que los bancos de su país quebraran en octubre de 2008.