Los empresarios turísticos arroparon a Bauzá. Pese a ser sábado y hacer un calor insoportable en el interior de sa Llotja, la plana mayor del sector acudió a la cita y aplaudió. Se sintieron satisfechos con el discurso y dieron el beneplácito al nuevo president. Miquel Fluxá (Iberostar), Juan José Hidalgo y su hija María José (Globalia), Gabriel Escarrer (Melia Hotels International), Margalida Ramis (Grupotel) y Pablo Piñero (Bahía Príncipe) aguantaron la sauna-unción de Bauzá. "Sort, sort", le deseó Fluxá. Y como intuyen un presumible cambio de aires en Madrid, rodearon al presidente del PP, Mariano Rajoy, con el que conversaron durante varios minutos. De los grandes del turismo, solo faltó Simón Pedro Barceló, hombre cercano a los populares y ex senador por este partido. Los invitados no pasaron por alto su inasistencia. ¿No ha venido?, se preguntaban unos a otros.

Pese al hueco de Barceló, la industria turística estaba hiperrepresentada. Margalida Socías (presidenta de los hoteleros de Alcúdia y Can Picafort), Antoni Horrach (HM Hotels), Francisco Marín (hoteleros de la Platja de Palma), Joaquín Caldentey (Marina Hotels) e Inma de Benito (Federación Hotelera de Mallorca) se sumaron a la celebración.

En el interior de sa Llotja coincidieron las mayores fortunas de la isla con una de las cuentas de ahorro más exiguas, la de la familia García. Se hicieron famosos durante la campaña electoral. Dentro de los actos programados por el partido, José Ramón Bauzá viajó en mayo hasta Llucmajor para conocer a Manuel García Expósito, su mujer Natalia, sus dos niñas y al gato Manolo. Tomaron café y Manuel explicó a Bauzá cómo era la vida de un parado de la construcción. Hoy sigue desempleado, pero a través del SOIB realiza un cursillo tres días a la semana por el que cobra 400 euros. "Es una gran ayuda", dice Natalia.

En el exterior, después de la investidura, el megaconseller Biel Company se mostraba eufórico. "Me encargaré de que la agricultura vaya por delante", decía el exdirigente de Asaja, en referencia tanto al nombre de su departamento como a la lista de prioridades. A su lado, el expresident del Govern, Gabriel Cañellas, confirmó que se había encargado de aleccionarle personalmente: "Jo ja li he dit la meva". Y a continuación, entre risas y bromas, le deslizó una advertencia. "Esper que no te passi es tren per damunt", le avisó. El tren de Company carga la Agricultura, el Medio Ambiente y el Territorio.

Otro conseller muy reclamado fue el nuevo titular de Turismo, Carlos Delgado. El exalcalde calvianer se deshizo en elogios hacia Bauzá. "Será el mejor presidente de la historia de Balears. Con su discurso, nos ha conquistado a todos", encomió. Y zanjó cualquier suspicacia respecto a su jefe: "La confianza mutua es plena".

El discurso del president duró un plis-plas, unos veinte minutos. Y los postres, mucho menos. Ni un triste canapé ni un botellín de agua. Por primera vez en la historia de la democracia, los invitados se marcharon a casa con el estómago vacío. La austeridad ha llegado. "Y hasta que límites", se quejaron los asistentes.

Como no había nada que picar, los asistentes desfilaron rápido. Incluido el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, uno de los pocos que subió hasta el despachó del president antes de que este tomara posesión del cargo. No se sabe si, además de desearle suerte, le dio su bendición.

Bauzá tuvo reflejos para iniciar su discurso con un recuerdo hacia los cuatro militares españoles heridos en el ataque a un blindado en Afganistán. Entre los damnificados por la explosión se encuentra una soldado que se iba a incorporar al regimiento Palma 47 una vez finalizada su misión en el país asiático.