El cirujano cardíaco José Ignacio Sáez de Ibarra se congratula del cambio a Son Espases, donde dice que cuentan con quirófanos dotados de los últimos equipamientos. En caso de padecer algún problema cardíaco grave, no recomienda acudir a algún centro especializado de Estados Unidos porque el nivel de calidad en estos tratamientos ya se ha estandarizado. Y tampoco hace falta irse muy lejos porque el departamento de cirugía cardíaca de Son Espases es de los mejores de España, no en vano ha recibido tres primeros lugares en los top 20 de los últimos años, una calificación que recoge los veinte mejores hospitales del país en esta especialidad.

—Es un especialista en reparación de la válvula mitral. ¿Qué problemas causa del colapso de esta membrana?

—Provoca una falta de aire, el paciente se cansa más de lo habitual y tiene palpitaciones. Finalmente, el corazón se hincha y comienza a fallar.

—¿Reparar o cambiar?

—Cuando se cambia una válvula mitral hay que poner en su lugar una prótesis artificial. Con la reparación, si es posible, todo son ventajas. No se producen rechazos y se toleran mejor las infecciones. En definitiva, el corazón funciona mejor durante más tiempo.

—¿Ha llegado la cirugía laparoscópica (mínimamente invasiva) a este tipo de operaciones?

—Sólo hemos tenido dos casos de cirugía laparoscópica ya que resulta mucho más compleja y casi el único beneficio es el estético, deja una cicatriz mucho más pequeña. El que más se puede beneficiar de este tratamiento es el paciente joven. No resulta muy rentable porque prácticamente duplica los precios de una operación convencional y no acorta las estancias hospitalarias ni el tiempo de recuperación como en otras especialidades.

—¿Qué ventajas ha hallado en el cambio de hospital? ¿Cuentan con mejores equipamientos?

—No nos podíamos quejar de los quirófanos que teníamos en Son Dureta, porque prácticamente fueron diseñados exclusivamente para nosotros. Pero en Son Espases contamos con unos equipamientos mucho más modernos. Tenemos un sistema de vídeos del que carecíamos en el viejo Son Dureta. Aquí (en Son Espases) tenemos unos quirófanos integrales e inteligentes que te proporcionan imágenes y signos vitales del paciente al mismo tiempo, una monitorización integral.

—¿Cuándo habrá cirugía cardiaca infantil en Son Espases?

—La intención era haber iniciado la actividad quirúrgica infantil en Son Dureta, pero finalmente no se pudo hacer. Y en los dos últimos años, con el traslado a Son Espases en ciernes, ha habido mucho trabajo como para pensar en hacerlo. Además, los recortes presupuestarios por la crisis económica lo han hecho materialmente imposible. En la actualidad, tendremos entre treinta y cuarenta pacientes infantiles con problemas cardíacos cada año. Y resulta más económico mandarles a centros especializados de fuera que montar un equipo aquí capaz de atenderles.

—Pero, ¿se terminará haciendo en Son Espases?

—Espero que sí. En un plazo de dos años se podría empezar con los casos más sencillos, como las cardiopatías congénitas no complejas...

—¿Qué casos son los más complicados?

—Los de los neonatos de menos de nueve kilos o menos de un año son, por regla general, los casos más complejos.

—¿Cuál es la operación de la que guarda peor recuerdo?

—Recuerdas más las intervenciones en las que las cosas se complican, como las rupturas de aorta. El tejido se deshace, la sangre llega al cerebro, las cánulas no enganchan y el tiempo apremia porque, como falles, el paciente se te queda. La mortalidad en estos casos de ruptura de aorta ronda entre el 15% y el 20% de los pacientes, dos de cada diez enfermos se quedan en el quirófano. Nada que ver, por ejemplo, con las intervenciones de reparación mitral, en las que la mortalidad es de apenas un 1% de los casos.

—¿Cuáles son las intervenciones de cirugía cardíaca más frecuentes?

—En primer lugar, las intervenciones de cirugía coronaria, las operaciones para poner bypass. También es común la cirugía valvular que solventa la obstrucción de la válvula aórtica a consecuencia de la edad avanzada. Y finalmente, los casos de insuficiencia mitral, con los que el paciente puede aguantar más tiempo.

—¿Que hay que hacer para evitar infartos del corazón?

—Hay que ser feliz (risas). También está demostrado que tener unos niveles altos de colesterol o fumar acorta la vida. Para mantener sano el corazón hay que seguir una alimentación equilibrada, caminar media hora cada día y controlarte la tensión arterial. Y si tus padres ha tenido problemas coronarios, hazte una revisión médica. La herencia tiene un peso importante en estas patologías.

—¿Qué le diría a una persona que, tras haber sufrido dos infartos y estar nueve años sin fumar, volviera al tabaco?

—Que se acuerde de cuando entró en el hospital con aquel dolor insoportable en el pecho y sin apenas poder respirar. La mayoría de los infartados dejan de fumar por el susto.

—¿Qué le pasa al corazón durante un infarto?

—Que un trozo del músculo queda necrosado por falta de riego y ya queda inútil excepto en los casos en que se actúe con mucha rapidez, antes de las primeras seis horas de que se haya producido.

—¿Cuándo se podrán realizar trasplantes de corazón en esta comunidad?

—La Organización Nacional de Trasplantes establece que debe haber unos quince casos por año para poder desarrollar esta especialidad, y en Balears sólo tenemos unos diez. No obstante, por las condiciones de insularidad que tenemos, se deberían poder hacer aquí. Una persona de las islas que necesita un trasplante de corazón puede pasar hasta seis meses fuera de su hogar, con el perjuicio que eso supone para él y para la economía familiar, porque un allegado tiene que estar acompañándole. Y esto es especialmente agraviante en una comunidad que tiene como jefe de cirugía cardíaca a Oriol Bonnín, autor del primer trasplante de corazón hecho en este país.