Cada año salen de China hacia todo el mundo 50 millones de turistas. Y muy pocos vienen a Balears: el año pasado no fueron más de 2.000. El archipiélago quiere atraer a este turismo de tierras lejanas y según cálculos del Govern es posible que para 2015 las islas ya hayan captado a más de 50.000 turistas chinos.

Así lo indicó ayer el director general de Desarrollo Turístico, Antoni Munar, en el marco del Segundo Congreso Internacional de Turismo entre China y España organizado por la Universitat, la Escuela de Hostelería y la Universidad de Sun Yat-sen; "Es una base, una semilla, a partir de la cual cultivar la llegada de turistas chinos", señaló Munar quien recordó que para conseguir estos nuevos visitante –cuya área natural de vacaciones es Asia del sur– hay que trabajar y quitarles obstáculos para que puedan llegar.

La falta de conexiones aéreas directas y las dificultades para conseguir el visado son los dos principales frenos a la llegada de los chinos, según destacó la consellera insular de Economía y Turismo, Isabel Oliver, quien aseguró que la Administración ya está trabajando para eliminar estas trabas. Oliver precisó que la llegada de estos visitantes se haría utilizando la ´marca España´. La idea es que los chinos integren España dentro de su circuito europeo –suelen aprovechar sus viajes para conocer distintos países de Europa– y que una vez en territorio español se decidan a dar el salto para conocer Balears.

¿Cómo atraerlos? Potenciando la oferta que va más allá del ´sol y playa´. Y es que según se destacó en la inauguración de este Congreso que finaliza mañana el turismo chino valora especialmente la cultura. "Mallorca puede ofrecerles cultura, patrimonio, una nutrida historia, la gastronomía, la intimidad mediterránea de los pueblos del interior, además de las vías comerciales de Palma, donde están las principales firmas del mundo", subrayó Oliver.

La posibilidad de poder comprar en Mallorca artículos de lujo es un punto a nuestro favor, pues es algo que también valora el turista de origen chino. Según los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), los visitantes que llegaron de tan lejanas tierras a España el año pasado gastaron una media de 2.000 euros, además de un gasto complementario de unos 1.900 por persona.

Jing Xu, director de regional de Asia y Pacífico de la Organización Mundial del Turismo, valoró este Congreso con más de 150 participantes como "un puente entre China y España de cara al turismo, algo que tiene un gran potencial". "No pierdan el tren del turismo chino", reiteró Xu, quien en su conferencia de presentación lamentó que un gran cadena como Melià "ha tardado más de diez años en penetrar en el mercado chino" y que espera que a partir de ahora los tour operadores y las compañías hoteleras "sean más rápidas". Según los cálculos de la OMT, se prevé que para 2020, China se habrá convertido en el cuarto emisor de turistas del mundo, con cien millones de turistas, de los cuales cerca de un millón vendrán a España.

"El turismo puede contribuir a la paz en el mundo", apuntó Yuhua Luo, catedrática de la UIB de origen chino y organizadora del Congreso, "porque el turismo sirve para educar a la gente y conocerse y que haya menos guerras". Luo subrayó que este encuentro enfocado a académicos y a empresarios servirá para que "China aprenda mucho del desarrollo turístico de España y para que España aprenda de las nuevas experiencias y nuevos desarrollos que están teniendo lugar en China".