El personal de mantenimiento de Son Espases denuncia que llevan unos dos meses trabajando en el nuevo hospital, desde la recepción de la obra el pasado diez de octubre, en unas condiciones infrahumanas. O, cuando menos, en las antípodas de los mensajes de las vallas publicitarias que califican el nuevo centro sanitario como "uno de los mejores de Europa".

Guillem Ramis, albañil con amplia experiencia en el mantenimiento de Son Dureta, denuncia que en las dependencias en las que trabajan en Son Espases "no nos han proporcionado un comedor digno. Hay trabajadores que llevan ya dos meses faenando aquí y se han tenido que habilitar una mesa con varios palés de obra. Tenemos un vestuario que carece de ventilación para las veinte personas que trabajamos en este departamento. Además, los baños, que tampoco cuentan con extractores, están ubicados al final de los vestuarios. La calefacción funciona muy mal y pasamos mucho frío por las tardes y durante el turno de noche", enumera de corrido algunas de las deficiencias que están padeciendo en sus carnes estos empleados de mantenimiento.

"Tampoco tenemos luz natural, algo que contraviene las mínimas condiciones de salubridad en el trabajo. Además, a pesar de que el edificio todavía está ´en garantía´, no paramos de arreglar pequeños desperfectos", concluye Ramis.