No habrá cierre parcial del aeropuerto de Son Sant Joan esta Navidad, pero sí "importantes retrasos". Lo advertían ayer en el principal sindicato de controladores, USCA, en el que avisan de que a partir del día 15 de diciembre una cuarta parte de los profesionales del centro de control aéreo de Mallorca dejarán de acudir a sus puestos al haber cumplido ya las horas de trabajo que les marca la ley aprobada a principios de año. La consecuencia será una reducción de turnos de trabajo que podría obligar a "cierres parciales del espacio aéreo".

En el centro de control aéreo de Mallorca trabajan en la actualidad 100 profesionales, de los que 80 se encargan directamente de gestionar las rutas de aproximación de los aviones a las islas de Mallorca y Eivissa. Y será en ese colectivo de 80 controladores que supervisa el acercamiento de los vuelos en el que antes se empiecen a agotar las 1.670 horas de trabajo que marca la ley que desde principios de año mantiene en pie de guerra al colectivo.

El conflicto se reaviva ahora que se hace realidad una advertencia que los controladores llevan repitiendo meses: que la reforma legal que les impuso una jornada de 1.670 horas con la que les redujeron los ingresos por horas extras tiene como consecuencia directa que los controladores agotan su tiempo de trabajo anual antes de que acabe el año. "En Santiago de Compostela pasará antes porque se retiró del servicio a controladores de más de 57 años, sobrecargando a los que quedaron. Pero a principios de diciembre empezará a haber problemas serios en Madrid y en Barcelona, antes de que se produzcan también en Palma a partir del 15 de diciembre", explicaban ayer fuentes de USCA en Mallorca.

Los controladores no ocultan que estos problemas de plantillas acarrearán importantes retrasos, primero en los enlaces con Santiago, Madrid y Barcelona, y después con todos los vuelos que operen en Palma. "Es fácil de entender: cerrar parte del espacio aéreo en determinados horarios obligará a regulaciones de vuelos a saco. Es como si cierras una ventanilla en un banco: la cola crece en la ventanilla de al lado. Y si la cola es más larga habrá que esperar más para volar, que es lo que va a pasar". Así que habrá retrasos, cancelaciones y esperas desde principios de diciembre, que se agravarán para mallorquines e ibicencos cuando se aproximen la campaña de Navidad y el aumento del número de vuelos que siempre conlleva.

Los datos de diciembre del año pasado reflejan dos picos importantes de actividad aérea. El primero afecta al puente de la Constitución, en la primera semana del mes, que solo se verá afectado por la falta de controladores en los enlaces con Madrid y Barcelona. Más preocupante es el segundo momento de incremento del tráfico, a partir del día 20, cuando los controladores sin horas de trabajo empezarán a ausentarse del centro de control de Mallorca en una semana en la que se concentra la mayor parte de los casi 9.000 vuelos y 780.000 pasajeros previstos para diciembre.