La presidenta de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (ALCER), Manuela de la Vega, advirtió ayer que estarán muy atentos ante este caso y que "iremos a por todas" si se demuestra que la infección de los dos ciudadanos escoceses se ha producido en el centro de Inca y es producto de algún tipo de negligencia.

De la Vega alabó las condiciones en que los enfermos de riñón son atendidos en los hospitales públicos de esta comunidad, pero lamentó que en los centros privados a los que son derivados algunos de los pacientes para someterse a diálisis "están un poco estrechos". Según explicó la presidenta de ALCER, el protocolo exige que por cada cuatro pacientes recibiendo este tratamiento ha de haber una enfermera y que la presencia de ocho enfermos requiere además la atención de una auxiliar de enfermería. Asimismo, es obligatoria siempre la presencia física de un nefrólogo.