Uno de cada cinco plásticos que van a la basura acaban en el mar por una deficiente gestión de los residuos que tiene un fuerte impacto sobre los ecosistemas marinos, además de afectar a la imagen y la economía de los territorios con litoral y que constituye un problema que la Comisión Europea quiere combatir.

El organismo europeo quiere luchar contra la presencia de plásticos en el mar, un problema que, por su naturaleza, se debe abordar de manera global dado que el mar y los océanos están en continuo movimiento al margen de fronteras, según ha informado el Centre Balears Europa en un comunicado.

Según una reciente conferencia titulada "Plastic soup and more", ofrecida por Marine Litter ante la Comisión Europea, las consecuencias de la acumulación de plásticos al mar van desde los perjuicios a la vida marina a la propagación de contaminantes, favorecer la migración de especies invasoras y contaminar el mar con tóxicos del plástico que se introducen en la cadena alimentaria.

Estos residuos son responsables de la muerte de un millón de aves, 100.000 mamíferos marinos y un número indeterminado de peces al año, que ingieren los plásticos o se asfixian con ellos.

El principal impacto económico recae sobre el turismo, la pesca y la limpieza de playas, que comporta un elevado gasto en muchos lugares de Europa, como es el caso de Baleares.

En este sentido, el secretario general de la Organización Internacional de Autoridades Locales para el Medio Ambiente (KIMO), John Mouat, aseguró que este impacto en el Reino Unido se ha cuantificado en 18 millones de euros.

Según los datos aportados ante la Comisión Europea, el 80% de los plásticos que se encuentran en el mar tienen origen terrestre y solo el 20% procede de barcos. El 63% de los plásticos que terminan en el mar son embalajes, por lo que es necesario promover su reutilización y reciclado.

La deficiente gestión de los residuos es la principal causa de que aparezcan en el mar, un proceso en el que tienen un papel esencial los productores, que han fabricado 260 millones de toneladas de plástico en 2010.

La europarlamentaria y miembro del Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, Anna Rosbach, señaló la necesidad de dejar de ver los plásticos como residuo y empezar a verlos como un recurso, en un mundo en el que las materias primas son cada vez más escasas, lo que debe potenciar su reutilización.