Con pequeños fallos excusables en la puesta en servicio de una gran infraestructura sanitaria, Son Espases comenzó ayer su actividad asistencial atendiendo a sus primeros 120 pacientes en consultas externas y con la fecha del traslado hospitalario aún en el aire.

Aunque no hay notificación oficial de que el traslado de los pacientes ingresados en Son Dureta, junto con la actividad quirúrgica y el servicio de urgencias, haya variado su fecha prevista hasta el momento –6 de diciembre para los pacientes del materno infantil y el día 8 para los del edificio general–, el director de Son Dureta, Luis Carretero, admitió ayer que esta semana se decidirá sobre este aspecto. "La tranquilidad y confianza de los profesionales es fundamental y si nos trasladan que no tienen claro que puedan prestar una atención en condiciones, se retrasará la fecha. Porque lo importante es la seguridad de los usuarios", recalcó Carretero.

El propio conseller de Salud, Vicenç Thomàs, se reunirá con sindicatos, profesionales sanitarios y con la dirección del comité que está organizando la mudanza para conocer sus opiniones sobre la idoneidad de mantener las fechas previstas para acometer la fase final del traslado. Fuentes de su departamento señalaron que a finales de esta semana el conseller decidirá sobre el asunto tras conocer las opiniones de todos los agentes implicados.

El sindicato UGT reclamó ayer de nuevo que se posponga el traslado hospitalario hasta que se negocie el cambio de turnos que afectará a la mayor parte del personal sanitario "en condiciones óptimas y con un cronograma flexible", señaló la Federación de Servicios Públicos de este sindicato.

También se pronunció el Sindicato Médico quien, a través de su presidente, Isidro Torres, pidió al Govern que ponga fin al "desorden institucional" sobre el traslado. Torres hacía así referencia a la divergencia mostrada ayer por el director de Son Dureta, que insinuó un posible cambio de fecha, con la de la portavoz del Ejecutivo, Joana Barceló, que el pasado viernes dijo que la "previsión" es no modificar las fechas del cambio. Para Torres, lo lógico sería escuchar las reclamaciones de los sindicatos y de los jefes de servicio de Son Dureta que han pedido que se retrasen las fechas previstas para el cambio.

Otro de los asuntos que preocupa a la dirección es el asunto de los accesos, pese a que Carretero señaló que el Consell les ha dado garantías de que la infraestructura viaria estará lista a finales de este mes. "El problema no es el puente elevado que enlazará con la carretera hacia Valldemossa, sino que la rotonda tiene que estar despejada", apuntó el director del hospital, que asumió que un traslado de 250 pacientes del edificio general en ambulancias en el transcurso de un sólo día se complicaría en exceso con una rotonda con un único carril abierto a la circulación.

También recordó Carretero la queja expresada unánimemente por parte de los sindicatos que conforman la mesa sectorial de sanidad, que reclamaron que se retrasara el traslado hospitalario para garantizar la seguridad de las prestaciones sanitarias. Carretero reiteró que tienen muy presentes sus reclamaciones y que hablarán con el equipo de 250 profesionales que llevan más de un año preparando el traslado para estudiar la posibilidad apuntada de un aplazamiento "con la máxima transparencia y sin ninguna obsesión por la fecha".

El director del hospital también explicó que el mobiliario clínico y no clínico del centro se irá instalando de manera paralela al plan de apertura. "La fecha prevista es que todo esté en su sitio el próximo 26 de noviembre", recalcó Carretero, que señaló que la colocación de toda la tecnología marca el hito que permitirá saber si las fechas barajadas para el traslado son las adecuadas porque, tras la instalación de los aparatos, queda por ajustar el tiempo en el que los profesionales se formen y se acostumbren al uso de los nuevos aparatos. "Necesitamos que exista el tiempo suficiente para que las personas que tienen que utilizar los equipos se sientan seguros usándolos y bien formados", recalcó.

Se refirió asimismo Carretero al nuevo programa informático, con muchas críticas de sus usuarios que consideró "normales" en todo cambio de estas características. Señaló que los problemas con las citas ya están solucionados "al sesenta por ciento" y que se están solventando otro tipo de incidencias. "En dos o tres meses todos los profesionales se habrán adaptado al nuevo sistema informático por completo", auguró.

Problemas del traslado aparte, ayer se atendieron a 120 pacientes en consultas externas del nuevo hospital con algunos desajustes, como el que sufrieron tres madres con sus bebés que, por un error, habían sido citadas en Son Espases cuando la consulta de cirugía pediátrica sigue pasándose en Son Dureta. El problema se subsanó trasladándolas con urgencia al viejo hospital con el microbús lanzadera que conecta ambos hospitales para prevenir estos fallos. Asimismo, varios pacientes que tenían que someterse a fototerapia en dermatología no pudieron hacerlo porque la consulta carecía del enchufe adecuado para el aparato. Los usuarios fueron citados para otro día.