Negocios tan dispares como concesionarios de coches, empresas de muebles, industrias que emplean químicos y mayoristas de alimentación coinciden en denunciar retrasos en la llegada de la carga que no afectan en cambio a las grandes cuentas: los supermercados de más renombre tienen su carga a la hora prevista. "Por la cuenta de Mercadona o la de El Corte Inglés siempre había tortas entre las navieras. Hoy solo hay una naviera que dé el servicio (Acciona), pero las siguen tratando bien. Mueven mucho dinero", apunta un estibador. Distinto es el relato de los empresarios que mueven químicos perecederos. "Tenemos una fábrica en Granollers y nos ha pasado más de una vez que el camión llega a Barcelona con la carga y no pueda salir por lo que en la naviera siempre llaman ´problemas técnicos´, que es la forma de decir que no hay sitio. Te toca darte la vuelta con un químico que se estropea y después volver a llevarlo a Barcelona otro día", denuncia un industrial.