Las escuchas telefónicas practicadas a Jaume Matas y a su entorno entre octubre de 2009 y marzo pasado demostrarían, según la fiscalía anticorrupción y la letrado del Govern María Ángeles Berrocal, que el ex president maquinó para intentar fabricar pruebas falsas de descargo. Matas también habló con el fiscal superior de Balears, Bartolomé Barceló, para convencerle de que asistiera a sus declaraciones por el caso Palma Arena para supervisar a los fiscales anticorrupción. Barceló le replicó que era imposible al no ser un asunto de su competencia.