Un libro de más de 800 páginas con artículos de más de 50 personas. Ése es el homenaje que ha recibido Bartomeu Barceló i Pons (Palma, 1932), el geógrafo y maestro de geógrafos que sembró la semilla de esta disciplina en una recién nacida Universitat. Tras 32 años como catedrático y después de haber tocado todos los palos imaginables (de urbanismo a geografía humana, pasando por los territorios rurales), hoy Bartomeu Barceló pasa sus días en su casa de Palma, disfrutando de su magnífica terraza, de sus plantas y ojeando cada poco el libro homenaje confeccionado por la editorial Lleonard Muntaner.

– En todos estos años ha investigado en muchos ámbitos, ¿qué es lo que más le ha apasionado?

– La geografía tiene una ventaja: siempre hay cosas nuevas. Vas investigando sobre la marcha las cosas que suceden. Si haces un estudio de población hoy, en cinco años ya te ha cambiado. Y esto es bonito, el estar al día. A veces la geografía es una especie de periodismo en profundidad de las cosas que pasan.

– En 1968 presentó su tesis sobre la evolución de la población en Balears. De entonces a ahora, ¿se imaginaba que la población balear seguiría evolucionando como lo ha hecho?

– No. Algo se sospechaba de cómo iba a cambiar, pero lo que ha pasado ha superado la sospecha.

– ¿Cómo nos ha cambiado la inmigración?

– Nos ha traído fuerza de trabajo. Parte del auge económico se debe al trabajo de los inmigrantes. Inmigrantes hay peninsulares y sudamericanos y esto quieras que no también ha afectado al uso de la lengua. Hay un quehacer para conservar la lengua propia y las autoridades están en ello. Pero la inmigración ha fomentado mucho el uso del castellano. La inmigración además ha cambiado la organización del territorio. Pueblos que no eran nada hoy significan mucho, la diferencia entre Ciutat y Part Forana se han acortado y la Part Forana ya es como una barriada de Palma. Los antiguos payeses están próximos a la ciudad y participan de la vida de la ciudad.

– Y el turismo, ¿qué ha supuesto para nuestra geografía?

– Para empezar nos ha hecho ricos, lo que es un gran cambio. A nivel geográfico ha cambiado la organización de la costa y también del interior de la isla.

– ¿Deberían haberse puesto límites?

– No se puede poner límites ya, hay que aprovechar lo que se tiene.

– ¿Los territorios rurales están en un peligro insalvable o hay esperanza?

– No es que estén en peligro, es que ya han desaparecido. O hay muy pocos. Lo poco que queda sí que se puede conservar. Hay políticas agrarias que pueden salvar algún tipo de cultivo. Se puede hacer cosas. Y sería importante que se hicieran, porque la esencia de Mallorca está en la Part Forana y si ésta se urbaniza se pierde mucho. Yo creo que con todas estas fiestas que hacen, como la fira del botifarró y cosas así, se ayuda mucho a conservar.

– El 8 de agosto de 2009 había en Balears 1,67 millones de personas. Fue el día que las islas soportaron el mayor índice de presión humana, ¿hasta qué punto puede aguantar el archipiélago la masificación?

– No es masificación. Además de los turistas, es gente que viene, encuentra trabajo y se queda a vivir aquí. Ocupan más territorio, consumen más... No se puede decir hasta qué punto Mallorca aguantará esto porque todo problema tiene un remedio. ¿Consumo de agua? Pues se ponen depuradoras si hacen falta. ¿Territorio? Pues hay que organizarlo y ordenar los procesos de urbanización.

– ¿Nos tenemos que empezar a preocupar seriamente por los movimientos de tierra en la Serra?

– Arquitectos y urbanizadores tienen que tenerlo en cuenta porque se les puede ir la tierra que tienen debajo. Deberían preocuparse. Una chica hizo una tesis doctoral muy buena sobre este tema, pero que aún no se ha publicado. Se tendría que publicar ya y debería poder estar al alcance de todo el mundo, para que la gente sepa cómo son estos deslizamientos de tierra en la Serra y las vertientes.

– ¿Cómo valora la evolución del urbanismo en Palma?

– El urbanismo obedece a un plan que se aprueba y tiene fuerza de ley y periódicamente se tiene que revisar. Palma está creciendo según unos planes, y más o menos bien, aunque todo es relativo.

– ¿Qué se debería mejorar?

– Se podría utilizar mejor el territorio. Ahora se está desbocando, pero siguiendo unos planes. Hay controles de este crecimiento a muchos niveles, pero aparece una demanda de suelo, unos intereses económicos que se mueven... y es difícil luchar contra estos intereses económicos y hay que transigir, modificar, legalizar...

– ¿Qué opina de los planes para la Platja de Palma?

– Ha tenido muchas fases de crecimiento, y muy descontrolado, aunque no siempre. No estoy muy enterado, pero la impresión que me da es que se quiere reorganizar el territorio. Pero esto afecta a intereses de propietarios, habitantes, recalificaciones del suelo... Ya veremos qué pasará porque hay un movimiento muy importante de oposición, pero Margarita Nájera es una mujer hábil y sabe sortear las cosas.

– Esta semana Cort ha iniciado el diseño del Plan General para 2025, ¿cómo se imagina Ciutat dentro de 15 años?

– Los planes no se improvisan y deben tener en cuenta la realidad. Cómo se ha llegado a esta realidad para ver cómo se puede reorganizar el crecimiento. Cada plan urbanístico mueve unos intereses económicos tan brutales que las presiones que pueda recibir el urbanizador son tremendas.

– ¿Qué cree que sería interesante que se estudiara a día de hoy?

– Una de las cosas que se tendrían que hacer es un estudio del puerto. Es fundamental. Palma vive un poco de espaldas al puerto, pero es el único enlace con el exterior y a él llegan barcos de pasajeros, de turistas que dejan mucho dinero y de mercancías que necesitamos. Hay varios estudios sobre el puerto pero ya están anticuados.

– ¿Cuál es su mayor motivo de orgullo en su larga carrera?

– Quizás la fundación de la Universitat, en la que intervine. Aunque no haya salido como yo quería.... pero bueno, ha salido.

– Usted dejó la UIB en 1999, asegurando que no sentía a gusto allí, ¿qué pasó?

– Ya me podía jubilar y el ambiente que se respiraba allí no me gustaba. El funcionamiento, las envidias, las compras de votos... Hay gente muy corrupta en la UIB.

– ¿Cómo ve la Universitat hoy?

– Sigue igual. Hay elementos muy negativos y otros muy positivos, por que hay gente muy buena también. Pero hay cosas que no tienen remedio ya.