La crisis económica está generando dramas familiares día tras día. Entre ellos, el de las personas que se ven sin una vivienda en la que cobijarse al no poder hacer frente al pago de una hipoteca o un alquiler. Este año se va a cerrar con cerca de los mil ´sin techo´ atendidos por los servicios de la Cruz Roja, a la vista del ritmo con que están incrementándose este tipo de situaciones. Y ante la saturación que ya registran los centros de acogida, las Administraciones están comenzando a adoptar medidas para haber frente a una posible ola de frío durante este invierno que pudiera poner en peligro la vida de alguno de estos ciudadanos.

El pasado año se tenían contabilizados en Palma 131 individuos sin hogar permanente, a los que había que sumar 581 más que pasaron por estas situaciones de forma provisional, lo que supuso un incremento del 20% y del 51% respectivamente en relación a 2008. Y estas situaciones siguen mostrando una evolución al alza.

Durante el primer trimestre de este año, Cruz Roja ayudó a 88 personas que sufrían este problema de forma permanente y a 112 con carácter provisional, y en el segundo a 112 y a 168 respectivamente.

Al constante crecimiento de este problema se suma la limitada capacidad de los albergues, que al inicio del otoño ya se encuentran prácticamente al completo, según se reconoce desde el Consell de Mallorca.

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Y la principal preocupación se centra en una posible ola de frío o fuerte tormenta que suponga un riesgo para estas personas. Por ello, se ha llegado a un acuerdo con la conselleria de Bienestar Social para que, con carácter provisional y en una situación de emergencia, se pueda dar cobijo a los ´sin techo´ en la Casa del Mar.

Un aspecto que se pone de relieve desde Cruz Roja es el cambio de perfil que se está registrando entre las personas sin hogar. Si en años anteriores el motivo más frecuente para vivir en la calle pasaba por la adicción a las drogas, en este momento ya aparecen por delante los problemas de inserción laboral, tanto entre las personas sin hogar de carácter permanente como por los que pasan por esta situación de formas temporal.

De esta forma, ha pasado a un segundo lugar la adicción a las drogas, seguidas de la adicción al alcohol (esta última también está considerada como una drogadicción, pero se contempla como un capítulo aparte).