Últimamente los damnificados del PP de Balears ya no se quejan solo de tú a tú, y han echado en cara públicamente a José Ramón Bauzá –primero en Formentera, y el pasado día 22 en Palma– que está "dejando a muchos heridos tirados en la cuneta". No se dan por muertos aún, así que podrán dar guerra si la ocasión les es propicia. Es por ello que otras voces más moderadas se apresuran a mediar para que la sangre no llegue al río. Y sobre todo, porque "sin unidad volveremos a comernos la oposición", sentencia un dirigente.

La totalidad de significados militantes consultados lo tiene claro: "Quien toma las decisiones en el PP es José Ramón". Y es precisamente este individualismo el que critican los subordinados: Al contrario de lo que pueda parecer, Bauzá "piensa mucho las cosas, no improvisa, pero si participara más los asuntos de forma colegiada, se habrían evitado muchos errores y él mismo se sentiría más relajado", asevera una persona que le conoce muy bien. Alude así a las polémicas del presidente popular sobre el catalán o a la elección de María Salom como candidata al Consell, que ha levantado ampollas.

La afinidad de este barón con el líder no le impide ver sus defectos: "Le cuesta comentar determinados asuntos con otra gente, y se ha cerrado en banda, pero no es nada que no pueda solventarse. José Ramón tiene mucha capacidad y es inteligente; ahora se da cuenta de que no puede actuar así y de que tiene que rectificar. La auctoritas la cogerá cuando gane las elecciones, mientras tanto tiene que cuidar a la gente que la apoyado, con mucho peso político, como Antoni Pastor, Jaume Font, Pere Rotger, Miquel Ramis, José María Rodríguez... Él es el líder, pero se tiene que ir ganando a los demás poco a poco".

Respecto al papel que juega en la toma de decisiones el nuevo equipo de Bauzá, la fuente explica que "éste no es compacto" y que el presidente "se apoya en unos o en otros, dependiendo del tema. Lo cual no significa que luego les escuche", remacha irónico este barón, que relativiza mucho la ascendencia sobre Bauzá de los dirigentes que le rodean en el fotomontaje de la página anterior: "Sólo están a su lado acometiendo las tareas encomendadas, pero no son los que deciden en cosas como lo de Salom. Uno se encarga de coordinar el programa electoral, otro de visitar las juntas locales... y sí, un día José Ramón consulta con uno, y al día siguiente con el otro, pero nunca sabrás qué decidirá al final".

Enderezar el rumbo

Además de repartir juego al resto de la cúpula, Bauzá tiene ante sí otros dos puntos flacos a combatir: Ante el creciente rumor de que quien maneja los hilos en el partido es el vicepresidente Carlos Delgado, y no Bauzá, sus próximos ven necesario atajar "esta falsedad" y hacer las paces con la part forana.

Los que se autoproclaman regionalistas están convencidos de que detrás de las últimas maniobras de Bauzá (´cargarse´ al dúo Font-Pastor, por un lado, y a Pere Rotger por otro, como cabezas de cartel al Consell) se encuentra un Delgado con ansias de represalia. En el caso de los dos primeros, por haberle "dejado tirado" –así se siente el de Calvià– en el último congreso en el que perdió ante el actual presidente. En cuanto a Rotger, Delgado habría impuesto el veto por ser nada menos que "un catalanista", a tenor de haber impulsado el dominio .cat en la web del Parlamento cuando era presidente del mismo. De hecho, la supuesta purga tendría además del componente personal uno ideológico, al representar el trío el sentimiento mallorquinista y centrado del PP balear frente a las tesis españolistas que encarnan Delgado y el propio Bauzá.

En otro orden, en el PP hay quien aventura que su presidente tiene complejo de alcalde y todavía le atemoriza el salto a la política autonómica, de ahí que rechace entrar en el Parlament o que haya buscado candidatos "que no le puedan hacer sombra", por ejemplo en el Consell. Eso explicaría, según algunas fuentes, la verdadera razón del desbancamiento de Font: "No le vetó por estar imputado, eso era una excusa, sino por miedo a que el pobler sacara más votos que Bauzá en Mallorca, como ya le ocurrió a Matas cuando puso a Estarás de número uno en el Consell".

Son muchos en el PP los que siguen confiando en que el capitán Bauzá les conducirá a buen puerto. Solo que las elecciones apremian.