El doctor Cortés explica que toda vacuna ha de sortear cuatro fases durante los ensayos clínicos. En la primera, en la que participan centenares de voluntarios, se mide la capacidad que tiene el cuerpo humano para generar defensas contra el germen que se le inocula. En la fase dos, se sigue midiendo la capacidad de defensa pero en más sujetos, alrededor del millar, y ya se empiezan a analizar los primeros datos sobre la eficacia del preparado contra la enfermedad que quiere evitar. En la fase tres, en la que ya participan unos veinte mil voluntarios, ya se incorpora de manera definitiva la comprobación de la eficacia del preparado. "Ahora nos encontramos en la fase cuatro, en la que básicamente se realiza un control de la aplicación clínica de estas vacunas y no hay evidencia científica de ninguna enfermedad grave provocada por esta vacuna", zanja.