Los urólogos Joan Benejam y Fernando Díez-Caballero forman una suerte de pareja de hecho que trata las complicaciones de próstata en el hospital de Manacor y en la red asistencial Juaneda. Revelan que cada año se diagnostican en Balears cuatrocientos nuevos casos de cáncer de esta glándula sexual masculina. Pero tranquilizan: es un tumor curable, aunque hay que estar atento.

–¿Cuántos diagnósticos de cáncer de próstata se producen cada año en Balears?

–Joan Benejam: Cada año diagnosticamos cuatrocientos nuevos casos. En España cada año mueren unas seis mil personas por cáncer de próstata.

–¿Y en las islas?

–J.B.:Sobre unas treinta o cuarenta personas, pero es un dato que no puedo confirmar porque hay un registro de mortalidad pero no está actualizado. En Balears la incidencia de este tipo de tumores no es superior al de otras zonas de España, de Europa o del mundo occidental. En Asia y otras zonas del mundo menos desarrolladas no hay tanta incidencia de cáncer de próstata.

–¿Cuántos de estos nuevos diagnósticos anuales pueden acabar con el fallecimiento del paciente?

–Fernando Díez-Caballero: Depende del estadio en que se diagnostique. Puede detectarse cuando es un pequeño nódulo o cuando la enfermedad ya está en un estado metastásica. Porque muchas veces el cáncer de próstata no da síntomas y podemos encontrarlo en situación casi de muerte o en situación de curarse.

–¿No da síntomas?

–J.B.: Sí da síntomas, pero éstos no se diferencian de los de los pacientes con una hiperplasia benigna de próstata, este es el gran problema. En la fase inicial del cáncer, que es cuando tiene eficacia la detección precoz del tumor para actuar contra él, la sintomatología es indistinguible de un crecimiento benigno de la próstata.

–¿Y qué síntomas tiene este crecimiento benigno?

–J.B.: Sobre todo dificultad miccional, esto es, urgencia de orinar, que te levantes por la noche, sintomatología irritativa y, en algunos casos más avanzados, retención urinaria. Esta es la sintomatología inicial tanto de un cáncer como de una hiperplasia benigna. En fases avanzadas puede tener otros síntomas más diferenciados como puede ser un dolor óseo. En la fase del diagnóstico precoz no hay ningún síntoma que oriente al enfermo para que acuda al urólogo.

–¿Y una detección precoz cuántas muertes podría evitar?

–J.B.: Se habla de en torno al 20% de los fallecimientos. Pero este es uno de los grandes temas de controversia de los últimos años sobre este tipo de tumores. Se ha debatido mucho sobre si teníamos que hacer unas campañas de diagnóstico precoz de este tipo de cáncer. Esto es, hacer una serie de pruebas analíticas a toda la población masculina indiscriminadamente.

–¿A qué edad?

–J.B.: Se han hechos dos estudios muy potentes, uno en Estados Unidos y otro en Europa, que han tenido resultados diferentes. En Norteamérica se concluyó que no tenía sentido hacerlo porque no disminuía la mortalidad del cáncer. Sin embargo, en Europa, sobre 180.000 personas, se comprobó que en los países en los que se había hecho la campaña de diagnóstico precoz se conseguía evitar un veinte por ciento de muertes con esa campaña. Realizar o no estas campañas de manera sistemática es una controversia aún no resuelta. Desde la Sociedad Española de Urología se ha lanzado el mensaje de que hay que ir al urólogo si tienes síntomas a partir de los cuarenta años...

–¡¡¡De los cuarenta!!!

–J. B.:Si tienes síntomas. Aunque lo normal a esa edad es no tenerlos. A partir de los cuarenta y cinco si tienes antecedentes familiares de cáncer de próstata hay que ir tengas o no tengas síntomas. Y, en los pacientes sin síntomas y sin antecedentes familiares, entre los cincuenta y los setenta años de edad se aconseja someterse a una revisión. Es un consejo, no una obligación.

–¿Qué es más fiable? ¿El análisis PSA o el tacto rectal? Aunque está bastante claro que los hombres son bastante reacios a someterse al segundo...

–J.B.: Los urólogos que me enseñaron la profesión me ilustraban con un dicho popular: El que no mete el dedo, mete la pata. El tacto rectal nos ofrece mucha información que todavía no se ha podido igualar por otros métodos de exploración ecográficos. Es una prueba molesta para el enfermo y desagradable para el urólogo. Pero ni el PSA solo, ni el tacto rectal solo. Hay que hacer las dos exploraciones.

–F.D.-C.:Antes sólo había la posibilidad de evaluar el tamaño de la próstata con el tacto rectal pero ahora, por ejemplo, con la ecografía transrectal podemos obtener los mismos datos...

–J.B.: Pero antes de operar tendremos que hacer el tacto rectal. Lo que pasa es que ahora somos más selectivos, antes se hacía a cualquier paciente que entraba en la consulta.

–F.D.-C.:Sí, ahora no se le hace a todo el mundo. Ya no se da la ecuación urólogo igual a dedo.

–J.B.: El tacto rectal ha sido un tabú y ha hecho mucho daño a nuestra especialidad y ha sido uno de los motivos de que no se hayan generalizado las campañas de diagnóstico precoz...

–F.D.-C.: Y hay formas de hacerlo que es un poco humillante para el paciente. Si se hace con cierta elegancia y teniendo bien lubricado el dedo, el guante, perdón, el paciente no se siente tan desnudo.

–J.B.: El paciente disfraza de pereza lo que realmente es miedo, un miedo condicionado por la mala fama del tacto rectal.

–Porque, ¿el PSA en qué consiste?

–Es un análisis de sangre que ha permitido detectar muchos más cánceres en estado de poder actuar contra ellos. Es una proteína que sólo la secretan las células prostáticas. Y si está en niveles elevados indica que puede haber un tumor de próstata. Es una gran ventaja para el urólogo pero es muy poco específico. Tener unos niveles altos de PSA puede implicar un cáncer, pero también una prostatitis o una próstata inflamada. Es un marcador tumoral de gran utilidad pero al que le quedan los días contados. Ahora se está experimentando con marcadores tumorales de la próstata mucho más fiables usando la orina. Dentro de poco el paciente orinará tras un masaje prostático y con la orina sabremos si tiene o no cáncer.

–F.D.-C.:La ventaja del cáncer de próstata es que podemos ofrecer al paciente tratamientos curativos cuando con un cáncer de pulmón, por poner un ejemplo, sólo es posible ofrecer una terapia paliativa.

–¿Qué personajes famosos han pasado por un cáncer de próstata?

–J.B.: En el mundo de la política podemos hablar de personajes tan poderosos como Nelson Mandela, Colin Powell o John Kerry. Actores como Roger Moore o Robert de Niro. Y cada uno recibió un tratamiento diferente. A Frank Zappa se le detectó en fase metastásica y no se pudo hacer nada por él. John Kerry fue operado con cirugía laparoscópica y está anunciando viagra... Mitterrand murió de metástasis... Es decir, hay una gran amalgama no sólo de tratamientos sino de distintos momentos diagnósticos y de evoluciones.

–F.D.-C.: Y Labordeta está criando malvas por uno.

–J.B.: Cuando se lo diagnosticaron ya tenía metástasis ósea, ya no había opción de una cirugía para extirpar el tumor...

–F.D.-C.:Sin embargo, ¿ cuánto tiempo ha podido durar?

–J.B.: Siete u ocho años.

–F.D.-C.:Esto es un motivo de esperanza para la gente con estos tumores, ya que a pesar de estar en un estado de metástasis te pueden quedar muchos años de vida con tratamientos de bloqueo hormonal. Ya les gustaría a muchos oncólogos tener un cáncer como éste que te permite darle un tratamiento de enfermedad crónica.

–Y mucha gente mayor muere por otras causas a pesar de tener un cáncer de próstata...

–J.B.: Sí, se han hecho necropsias a hombres de más ochenta años muertos por otras causas y en un 60% de esas próstatas había tumor. Son tumores silentes.

–¿Influye la alimentación?

–J.B.: No hay nada demostrado pero parece que está bastante relacionado con el consumo de grasas. Hay que evitar la obesidad, el consumo de grasas, el tabaquismo y el sedentarismo. Son cuatro causas documentadas que predisponen a desarrollar este tipo de cáncer.

–¿Qué tratamientos hay para la gente con una inflamación benigna de la glándula?

–F.D.-C.:Hay un montón. Todo depende de las molestias que tenga el paciente y de lo que quiera llegar a hacer para evitarlas. Desde la fitoterapia o tratamientos con plantas hasta los alfabloqueantes, esos medicamentos que descongestionan la próstata y abren su cuello para facilitar el vaciado de la vejiga.

–¿Y la cirugía es desaconsejable en estos casos?

–F.D.-C.:Sí, al menos como primera opción. Y más aún con pacientes jóvenes. La cirugía tiene unos efectos secundarios. La eyaculación retrógrada, por ejemplo. No puedes hacer una cirugía endoscópica a un paciente con 40 años que todavía quiere ser padre. Porque le abres el cuello de la próstata y haces que todo el eyaculado vaya hacia la vejiga. Te quedas infértil, no estéril. Tus espermatozoides, con el líquido prostático que ha desaparecido, prácticamente no salen por la uretra con el eyaculado. Pero si la persona tiene ya su edad y sus hijos y el tema de la paternidad ya lo tiene superado, estaríamos hablando de otro asunto.

–¿La cirugía prostática benigna puede provocar impotencia?

–J.B.: Sería una complicación. No es un efecto adverso esperado. Alguna veces ha pasado, pero es muy raro. Menos de un cinco por ciento de los casos.

–F.D.-C.:No obstante, está dentro de los consentimientos informados que el paciente firma. Pero no hay forma humana de que el urólogo sepa cuál es la calidad de la función sexual del paciente antes de someterse a una intervención.

–¿Y cuándo la cirugía es para extirpar un tumor?

–J.B.:Entonces es un fenómeno esperado. Utilices el tratamiento que utilices. Ya sea cirugía, radioterapia, crioterapia o tratamiento hormonal.

–F.D.-C.:Disminución de tu capacidad sexual en todos. Pero disfunción eréctil no significa necesariamente que no puedas tener relaciones. Significa una disminución de la vida sexual que se puede manejar en algunos casos con fármacos. Con la cirugía laparoscópica robótica, cuanto más joven es el paciente, la recuperación es mucho mejor. También depende mucho la edad del paciente. Las erecciones previas de un paciente de cincuenta años son mucho mejores que las de uno de setenta.

–¿Qué falsos mitos hay sobre esta enfermedad?

–J.B.: Se pregunta a menudo si mantener muchas relaciones sexuales protege contra el cáncer de próstata. Y las relaciones sexuales no aumentan las testosterona. Si mantener muchas relaciones sexuales fuera un factor protector, Robert de Niro no sería impotente. Ni Roger Moore. Tampoco el celibato protege, como lo demuestra que los curas también padezcan estos tumores. También es falso lo de haberse sometido a una vasectomía. Lo que pasa es que estos pacientes tenían más contacto con los urólogos y se detectaba una mayor incidencia de estos tumores en estas personas.

–¿Y eso de andar en bici?

–J.B.:–Bueno, está demostrado que si te pasas cinco o seis horas subiendo montañas y bebiendo mucha agua y no orinas, cuando vas a hacerlo tienes una congestión pelviana importante.

–¿El problema es contenerse las ganas de orinar?

–J.B.: Esto es un mal hábito miccional tanto para los hombres como para las mujeres. Los conductores de autobuses y taxistas tenían muchos problemas de próstata, no de tumores. La vejiga es un músculo que se dilata y se deforma. Los malos hábitos miccionales provocan problemas con la próstata.