"¡Esto parece más un aeropuerto que un hospital!", comentaba uno de los visitantes de Son Espases antes de iniciar su recorrido. A su lado, algunos compañeros de visita asentían. El nuevo hospital acogió ayer su primera jornada de puertas abiertas, a la que se apuntaron alrededor de 750 personas. Antes de iniciar la visita guiada de 50 minutos, los primeros invitados de Son Espases parecían impresionados con las dimensiones del recinto; al salir todo eran buenas palabras para el hospital y la distribución del espacio: "Está bien organizado y es fácil de entender".

Así lo decía Isis Noriega, estudiante de enfermería que cruza los dedos para que le toque hacer las prácticas en Son Espases. Acudió allí con otra compañera de clase, Yaiza Alonso, para ir ubicándose en el nuevo hospital, por si hay suerte y les toca como destino. "Todo el mundo se va a pelear por venir aquí", decía Isis; "Habrá que echar horas para aprender cómo ir por el hospital, pero hay carteles por colores y parece que será fácil", opinaba Yaiza. Clara Ferrà, una amiga que les acompañó, no se esperaba que el hospital fuera tan grande y le había gustado especialmente el área de pediatría. "Les impresionan los pasillos largos, pero en seguida ven que la distribución es muy fácil", decía Jaume Ferrer, uno de los guías, que lleva ya unos cuantos kilómetros hechos por el recinto: "De psiquiatría a la cafetería y vuelta ya es un kilómetro".

Y si a algunos el recinto hospitalario les recordaba al aeropuerto, a un par les hizo pensar más en "un hotel de lujo". Así lo decía Pedro Sánchez, alucinado como tantos otros visitantes, por "la comodidad de las habitaciones". Sebastián Ballester y Bàrbara Sastre, que se hicieron una foto a la salida, valoraron que se hayan habilitado dos pasillos de tal manera que los pacientes ingresados y sus familiares irán por uno y los enfermeros y médicos que transporten a otros enfermos irán por otro. "Será más agradable que en Son Dureta", apuntaban. Además, las habitaciones están tan bien "que dan hasta ganas de venir al hospital" Tanto Josefina Pomar como Pedro Llabrés destacaban las vistas de las habitaciones. "Me gustan las que dan a las montañas", indicaba la primera.

El que hasta ahora era el hospital de referencia quedó ayer en un muy mal lugar en comparación con su sustituto. Jaume Genovart calificaba de "muy, muy grande" el cambio, mientras que Sallinen Rautiainen y Aurora Cortina, voluntarias de la Asociación Española contra el Cáncer, aseguraban estar encantadas con el traslado. "Aquí está todo divino", insistía la primera. Yvonne Cotton, de origen inglés, también se deshacía en elogios: "Es fantástico, en mi país no hay nada como esto". Aún así, se imaginaba que durante los primeros meses "habrá protestas de gente que se pierde o cosas así", pero de todas formas, reiteró, "es maravilloso".

Las personas consultadas se acercaron hasta allí movidas por la "curiosidad". Muchas son vecinos de la zona, que han seguido día a día su crecimiento desde que comenzó su construcción y se morían por saber cómo había quedado. Los próximos días 6,7, 20 y 21 el hospital vuelve a abrir sus puertas a los ciudadanos. Para visitarlo, hay que que concertar una cita en el 971 21 87 87.