En la larga declaración que realizó Guillem Deyà ante el juez, reconoció que muchos de los concursos que organizaba la empresa Ibatur estaban manipulados y que él participó en algunos de estos amaños. En concreto, él mismo presentaba tres ofertas distintas para un determinado proyecto. Se trataba de ofertas de tres empresas controladas por el empresario audiovisual, y lo hacía con la seguridad de que la conselleria de Turismo le concedería el proyecto al que se presentaba. El dueño de Espiral afirmó ayer al juez que fue Raimundo Alabern quien le proponía que presentara estas tres ofertas, y pese a que los investigadores creen que lo hacía a cambio de comisiones, él lo negó.