La ´cigala´ es una especie muy longeva que puede llegar a vivir hasta veinte años. Crece de manera muy lenta, en torno a un centímetro anual, y hasta los tres años no alcanza su madurez sexual para reproducirse. Tras la cópula, la hembra cría unas huevas bajo su cola durante varias semanas hasta que, cuando alcanzan su fase larvaria, son dejadas a su suerte en el mar. "De esta fase no se sabe nada. Las larvas pueden ser arrastradas por las corrientes hasta las costas norteafricanas y repoblar esos lugares. Lo que está claro es que son muy vulnerables y su supervivencia es bajísima", ilustra Grau.