La configuración del casco urbano de Sineu, con calles estrechas y tortuosas, unida a la inclemencia del tiempo provocó ayer un pequeño caos para llegar hasta el templo parroquial. El desconocimiento de las vías urbanas del lugar por parte de muchos asistentes foráneos, llegados en largos coches de lujo, dificultó más el aparcamiento. Las calles más próximas a la plaza se llenaron pronto, dificultando incluso el tránsito peatonal por las aceras dada la estrechez del espacio dejado.