La excelente gestión que enarbolan los residuos del Govern Matas, a cada nuevo caso de corrupción, debió limitarse a la sección de papelería o a la máquina de café de sus departamentos. Tras la imputación del president y los escándalos en Vicepresidencia, Presidencia, Economía, Turismo, Sanidad, Comercio, Medio Ambiente, Fomento o Cultura, se ha agotado el nomenclátor del anterior ejecutivo. Comienza por tanto la segunda ronda, por la conselleria de Economía.

El nombramiento de Jorge Sainz de Baranda como director general de Tributos fue firmado por Jaume Matas, el president que no tributaba según propia confesión. Por tanto, y al margen de la obligada presunción de inocencia –individual, porque la culpabilidad del PP de José Ramón Bauzá se acentúa conforme se acredita la inocencia de su pseudolíder–, existe cierta lógica en que el responsable de esa parcela explique el funcionamiento del sombrío "peaje en sombra".

La detención obliga a felicitar a quien confió a Sainz de Baranda la administración de la mayor suspensión de pagos de la historia de Mallorca. La decisión fue borrascosa y piedra de escándalo en los ámbitos judiciales, aunque ahora puede interpretarse con mayor nitidez. El empresario cuyo patrimonio redistribuía el arrestado es el promotor Vicenç Grande, ligado al ubicuo cuñado de Jaume Matas en una sicav. Nadie negará la estructura cíclica de los escándalos mallorquines, donde los únicos inocentes eran quienes pagaban los tributos, también llamados contribuyentes.