La regeneración ética y estética que pregona el nuevo presidente del PP balear, José Ramón Bauzá, empieza con mal pie. El principal detenido –por su relevancia política– en el nuevo caso de corrupción que estalló ayer, Jorge Sainz de Baranda, ocupa un puesto destacado en el nuevo organigrama del partido y además sonaba como favorito para presidir el comité de ética interno.

Se trata de un grupo de ´hombres buenos´ que el presidente designa para que garanticen la buena praxis política en el seno de la formación, evalúen la aptitud de los miembros del PP antes de ocupar un cargo público, y analicen su labor, especialmente cuando se ven salpicados por un caso de corrupción. Lo creó la anterior presidenta de los ´populares´, Rosa Estarás, que designó al catedrático de Historia del Derecho Román Piña Homs al frente del mismo. Ahora, con la elección de Bauzá, éste ha renovado los órganos de dirección del partido y se esperaba que en breve lo hiciera también con el comité de ética.

Prueba de la confianza depositada por Bauzá en Sainz de Baranda es que lo ha nombrado adjunto a la presidencia, al mismo nivel que su mano derecha Pere Rotger, el alcalde de Inca. Sainz de Baranda forma parte de la cuota de cargos en la dirección regional que Bauzá ha cedido a José María Rodríguez, en compensación por el apoyo del presidente del PP de Palma a su elección.

El joven abogado fue director general de Tributos en el anterior Govern de Jaume Matas, y segundo de a bordo del ex conseller de Economía y Hacienda, Lluís Ramis d´Ayreflor.

Jorge Sainz de Baranda es especialista en Derecho tributario, financiero y mercantil. Trabajó para la consultora Landwell y también fue consejero delegado de la empresa pública del Govern Caib Patrimoni. Su nombre saltó a la palestra cuando se declaró el concurso de acreedores del holding empresarial de Vicente Grande, puesto que el juez de lo Mercantil Víctor Fernández nombró a Sainz de Baranda uno de los administradores concursales del Grupo Drac y el resto de empresas afectadas.

Uno de los acreedores del Grupo Drac presentó un recurso de reposición contra el auto de designación de Sainz de Baranda porque éste no aparecía en el listado de administradores concursales del Colegio de Abogados. De hecho, su elección causó polémica entre miembros de la abogacía de Balears. Como jefe de la Recaudación de la Comunidad Autónoma, de 2003 a 2007, Sainz de Baranda concedió a Grande una prórroga del pago de los gravámenes en 2005; al año siguiente Grande volvió a pedir un aplazamiento de los impuestos derivados de la compraventa de fincas. En ambos casos, el ahora arrestado dio su visto bueno.

En su condición de supervisor de las cuentas del empresario en apuros, Sainz de Baranda participó de primera mano en el traspaso de acciones de Grande en el Real Mallorca, que poseía a través de su sociedad Binipuntiró, a la nueva propiedad del club de futbol, representada por Mateu Alemany. Ahora Sainz de Baranda vuelve a ser noticia, aunque por motivos muy distintos.