Aina Castillo fue durante años inquilina de una vivienda propiedad de la familia Matas. Se trata de un céntrico piso ubicado en las Rambla de Palma. Este alquiler se mantuvo durante la época en la que Castillo dirigió la conselleria de Salud. El alquiler mensual, abonado a través de transferencia bancaria, ascendía a 1.200 euros mensuales.

Ahora se sospecha que Aina Castillo intentó presionar de algún modo a Josefa Lorca antes de que fuera citada a declarar el pasado día 23 de diciembre. El juez llamó a la comerciante porque entendió que la primera vez que la citó se había burlado de él al contarle una extraña historia para justificar la compra de los televisiones. Ese día Josefa Lorca, asistida por el abogado Gregorio San José, decidió no contestar a ninguna de las preguntas. El juez, de momento, le imputa un delito de blanqueo, ya que se sospecha que el dinero que utilizó para comprar los modernos televisores se lo entregó la familia Matas. Estos aparatos se pagaron con billetes de 500 euros.