Beatriz Morales-Nin, directora del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), opina que el actual modelo turístico es insostenible porque consume muchos recursos y que hay que cambiar el sistema hacia una sociedad basada en la tecnología y el conocimiento. Por ello, cree que la nueva ley de la Ciencia no ha satisfecho las expectativas que había generado.

–Las Illes Balears, como todo archipiélago, son más vulnerables al cambio climático. ¿En qué próximo escenario nos coloca?

–En Balears en particular y en Mediterráneo en general habrá una subida significativa de las temperaturas de unos dos grados y el régimen de lluvias se reducirá bastante. Y habrá una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos. Y tendremos que adaptarnos a ellos porque estos fenómenos son de escala global y no los podemos cambiar. Estamos avisados de que va a hacer más calor, de que va a llover menos y de que cuando llueva lo hará de golpe. Por esto tendremos que adaptar nuestras condiciones de vida a este nuevo escenario. Tenemos tiempo y capacidad para hacerlo.

–También se habla de una elevación del nivel del mar. ¿Implicará esto cambios en la fisonomía de las costas de Balears?

–En algunas zonas, sí. Pero es difícil de prever porque todos los modelos que existen están a una escala de espacio muy amplia. Y saber exactamente lo que va a subir en Balears es muy complicado. En unos estudios que hemos hecho recientemente para el consorcio de la Playa de Palma hemos concluido que puede subir alrededor de un centímetro en los próximos cincuenta años. Que es mucho para una zona plana e imperceptible para un lugar de acantilado. Pero como serán cambios paulatinos, pese a que se producirán más rápidamente de lo que pensábamos podremos adaptarnos a ellos.

–¿Y qué impacto tendría este aumento del nivel del mar en la Playa de Palma?

–No lo sé, no soy una experta en este asunto. Pero como esta elevación se producirá en un plazo de cincuenta años, el paseo marítimo de la zona se podrá adaptar a este nuevo escenario.

–¿Qué se puede hacer a nivel local para evitar el cambio climático?

–Podemos contribuir, pero como es un fenómeno a escala global, lo que podremos cambiar nosotros es muy reducido comparado con todo lo que está sucediendo en todo el hemisferio norte. Los que más estamos influyendo en el cambio climático somos los países desarrollados, América del Norte, Europa y China. Todos tenemos que intentar reducir nuestras emisiones para que no sea un cambio tan marcado. Parece ser que lo que está sucediendo es una tendencia natural que nosotros hemos acelerado con nuestras actividades, al emitir tanto dióxido de carbono. Y es muy difícil precisar hasta qué punto depende de la actividad humana o es ya un proceso natural que nosotros hemos acelerado. Lo que podemos hacer a nuestra escala es convertir a Mallorca en una isla sostenible y adaptarnos a lo que va a venir porque al ser un proceso de escala global no podemos pararlo. Pero hay que hacer lo que predicas. No podemos pedir a los países en vías de desarrollo que no crezcan y continuar nosotros haciendo locuras.

–¿Es sostenible para estas islas el actual modelo turístico?

–No. El modelo de turismo barato que consume muchos recursos y deja poco dinero es insostenible. Consume mucha agua, mucho territorio y mucha energía, no es sostenible. Habría que volver a lo que había en Mallorca al principio, un turismo de elite, de calidad. Habría que volver a este modelo. Que en vez de que vengan once millones y que dejen un promedio de cien euros por vacaciones, sería preferible que viniera un millón que deje mil euros. Y es lo que están intentando hacer en la Playa de Palma. Cambiar el turismo barato de masas por uno de calidad. Imagine el gasto de agua, el gasto energético y el problema de la eliminación de los residuos que generan esta elevada cantidad de visitantes. Y, además, si degradamos mucho el medio ambiente, matamos a la gallina de los huevos de oro.

–¿En qué zonas de Mallorca se han de proteger más las praderas de posidonia del turismo náutico?

–Se han de proteger todas, no solamente porque tienen el valor propio de la biodiversidad y están en regresión en todas las costas españolas menos en Mallorca, en donde todavía está en bastantes buenas condiciones. En las praderas crían muchos peces y organismos, lo que beneficia a la biodiversidad y a la pesca. Y también ayudan a sostener las playas, manteniéndolas en su sitio y evitando que sus arenas se pierdan en el mar. Y también disminuyen la fuerza de la corriente y la turbidez del agua. Tienen un rol muy importante en mantener la cantidad y la calidad de la playa. Por eso hay que regular los sitios de fondeo del turismo náutico, poner boyas donde se puedan amarrar los barcos. También se puede fondear sobre lechos de arena y a partir de los cincuenta metros de profundidad, donde ya no hay posidonia.

–¿Cuáles son las principales algas invasoras que tenemos en Balears y qué problemas están ocasionando?

–Hubo un momento en que hubo problemas con la caulerpa taxifolia (conocida popularmente como el alga asesina) en la zona de Portopetro y Cala d´Or. Es un alga que, al proceder de zonas tropicales, no tiene aquí ningún organismo que la pueda regular. Tuvo un crecimiento masivo y el problema fue que lo hacía encima de la posidonia, que crece más despacio, y la ahogaba. No se sabe muy bien por qué, si por las campañas de erradicación del Govern balear o por algún otro mecanismo que no es muy bien conocido, pero ha dejado de ser problemática. Sigue ahí, pero no se expande.

–¿Y han llegado especies exóticas de peces?

–Sí. Son especies que han llegado a consecuencia del aumento de la temperatura del agua del mar. Proceden de aguas cálidas y se están adaptando al Mediterráneo. Es un proceso paulatino. Ya han venido por el Canal de Suez y también entran por Gibraltar. Pero no entrañan ningún problema. Por ejemplo, se ha detectado la presencia de una serviola tropical distinta a la balear pero que no compite con ella.

–¿Por dónde pasa la sostenibilidad de la actividad pesquera en Balears?

–Pasa porque se extraiga lo que los propios recursos tienen capacidad de regenerar. Aquí no están mal los recursos pesqueros gracias al buen hacer de la dirección general de Pesca. El ecosistema está en bastante buen estado. Hay algunas especies que puntualmente tienen más problemas, pero en general el sistema pesquero está bastante bien regulado. La zona costera está sometida a una mayor explotación porque también se da una intensa pesca recreativa.

–¿Cuál es el impacto de la pesca recreativa?

–La principal actividad de recreo en Mallorca es la pesca recreativa. Hay varias modalidades y la más importante es la pesca desde embarcación. Y se puede decir que un diez por ciento de la población practica la pesca recreativa con frecuencia, tanto desde costa como desde embarcación. Un número mucho más pequeño hace pesca submarina y pesca de altura con grandes embarcaciones que van más lejos y se dedican al atún o al pez vela. Nosotros iniciamos un estudio de su impacto en 2005. Y hay zonas con un índice de explotación alta, como puede ser la Bahía de Palma, que es donde se lleva a cabo la mayor actividad, pero también hemos de decir que hay muchas zonas protegidas en Balears. Es donde hay una proporción más grande de área protegida en reservas marinas y en parques nacionales y la situación no es excesivamente mala. Cuando tengamos bien evaluado este impacto habría que regularlo.

–¿Y qué proporción suponen las capturas de la pesca recreativa sobre las comerciales?

–Se captura el mismo número de toneladas en la pesca recreativa que en la actividad profesional.

–¿Y de qué cantidades estamos hablando?

–De unas cuatrocientas toneladas anuales, tanto en la pesca recreativa como en la comercial. Algunas de las especies capturadas son comunes, pero la mayoría no son las mismas.

–¿Sería deseable incentivar los proyectos de acuicultura en Balears?

–Hay un laboratorio en Andratx, el Limia, que está desarrollando un excelente trabajo en desarrollo de nuevas especies para la acuicultura y en la reintroducción de otras desaparecidas como la centolla y la corbina, que eran muy vulnerables y fueron esquilmadas. En la zona de Alcúdia hay una planta y otra en Sant Joan de Déu que producen doradas y lubinas. Pero el problema es que vivimos en una isla y si se produce más de lo que se consume no resulta rentable exportar lo sobrante a la península. No sé si el mercado balear tendría capacidad de consumir más producto de acuicultura. Pero, en general, en Balears, un estudio que estamos desarrollando nos dice que la gente tiene preferencia por el producto que no procede de acuicultura.

–No resultaría rentable...

–Y además las actividades de acuicultura tienen un impacto ambiental, se realizan en la costa y aquí la costa está ya muy requerida por las actividades turísticas, urbanísticas, por la navegación de recreo... Son usos que compiten. Han sido denegadas peticiones para poner jaulas flotantes en algunos sitios porque impactaban con la zona turística y costera. Pero ahora hay unas nuevas técnicas de acuicultura subvencionadas con fondos europeos para desarrollarlas off shore, en lugares muy alejados de la costa. Con esto se elimina el problema de la contaminación que provoca una gran cantidad de peces comiendo y defecando en el mismo sitio, que en alta mar se la lleva una corriente que además ayuda a los pescados a mantenerse más sanos. El futuro pasa por desarrollar plataformas polivalentes que por un lado sirvan para generar energía procedente de las mareas, del oleaje o eólica y que también tengan jaulas de acuicultura.

–¿Y es factible aquí?

–Aquí tenemos el problema de que desde la costa inmediatamente se coge mucha profundidad y no hay una plataforma amplia donde se puedan anclar estas infraestructuras. La única es la que existe en el canal entre Mallorca y Menorca que ahora va a ser protegida completamente y no se podrán instalar aquí.

–¿Qué animal elegiría como signo de identidad de las islas?

–El raor o la llampuga. Pero yo me quedaría con el primero. Sólo se pesca aquí, es muy emblemático y la gente le tiene mucho cariño. Además, es muy bonito.

–¿Qué especies están en mayor peligro de extinción en Balears?

–Las especies más vulnerables son los anfibios. Son muy sensibles a la contaminación química de los pesticidas. Yo hace un montón de tiempo que no he visto a ningún sapo.

–¿Es partidaria de una protección férrea?

–Sí, hay que proteger a las especies amenazadas, pero también hay que tener una visión global porque a lo mejor una planta amenazada está creciendo en un sitio que no era su hábitat original y tranquilamente se pueden coger sus semillas y trasplantarlas en otro lugar. Cuando se adoptan medidas de protección hay que evaluar sus consecuencias a corto, medio y largo plazo.

–Especies exóticas, ¿para cuándo una ley que regule su tenencia?

–Es necesaria, sí. Y hay que tener en cuenta que una especie de planta altamente invasiva como el carpobrotus, más conocida como huevo frito, se ha plantado en algunos lugares por parte de organismos oficiales porque se trata de una planta muy resistente que no necesita que la cuiden, no hay que regarla y hace verde. Y se ha expandido por todos lados siendo muy perjudicial para plantas endémicas. Tiene que haber una regulación y la gente ha de ser consciente que no puede abandonar alegremente una mascota exótica en un medio natural que no es el suyo.

–¿Qué opina de la nueva ley de la Ciencia?

–No la conozco lo suficientemente como para opinar, pero lo que me ha llegado es que quizá no ha cumplido las expectativas que había generado. Necesitamos cambiar de un modelo de sociedad basada en la explotación de los recursos naturales a una basada en la tecnología y en el conocimiento. Y eso requiere de inversiones públicas y de una estructura que favorezca la investigación y la tecnología y su aplicación. Y que la sociedad sea consciente de que por ahí podemos salir.

–Por último, ¿está de acuerdo con la ley de igualdad que prepara Asuntos Sociales en la que se darán subvenciones de forma prioritaria a los proyectos de investigación presentados por mujeres?

–Yo soy mujer y considero que lo que hay que primar es la excelencia. El que el proyecto lo desarrolle un hombre o una mujer es indiferente, lo importante es la excelencia porque si no vamos a crear guetos. Lo que sí se deben implantar son medidas sociales que apoyen a las mujeres. Soy madre con tres hijos y sé lo duro que me ha resultado desarrollar mi carrera. Pero es la sociedad la que debe implantar medidas que permitan que una mujer no tenga que renunciar a ser madre para tener una carrera competitiva con guarderías y ayudas sociales. Pero en Ciencia lo que ha de primar siempre es la excelencia por encima de cualquier otra consideración.