Mujeres. Hombres. Las diferencias en cuanto a trato y oportunidades persisten y las cifras hablan. Tenemos muchas mujeres conselleras, pero hay muy pocas alcaldesas. Las mujeres han conseguido no ser mayoría en las colas del paro, pero hay la mitad de féminas empresarias que de varones. Las alumnas son mayoría en las aulas de la Universitat, pero el 80% de las cátedras están ocupadas por hombres. Y, como una maldición, persiste la diferencia salarial entre los miembros de uno y otro sexo.

En Balears y según datos de 2008, el salario medio anual de un hombre se situaba por encima de los 21.000 euros. El salario medio en el mismo periodo para una mujer era de 17.000 euros: 4.000 euros menos. La discriminación salarial "persiste".

Ésa es una de las conclusiones del estudio sobre Indicadores de Género presentado esta semana para la doctora Maria Antònia Carbonero, profesora del departamento de Filosofía y Trabajo Social de la UIB y directora del Observatorio Social. Esa diferenciación es fruto de distintos factores. En primer lugar, sucede porque las mujeres ocupan más puestos a tiempo parcial que los hombres. Algo que también influye es que existen ´nichos´ de trabajo feminizados que cuentan con peores sueldos, véase el sector servicios y el servicio doméstico. Por último, el informe incluye el más triste de los motivos: hay mujeres que siguen cobrando lo mismo por desempeñar el mismo trabajo que un hombre, aunque estén igual o incluso mejor preparadas que ellos.

Las diferencias salariales son menores en Balears que en el resto de España, pero no porqué los empresarios de aquí sean más legales sino porque los sueldos de los hombres de aquí son en general más bajos que los salarios medios de los varones españoles. Los sueldos de ellas, tanto en las islas como en el resto del país, son igual de bajos. Por más que uno pudiera pensar que, a fuerza de campañas y sentido común, esté acortándose la diferencia entre los sueldos de unos y otras, el estudio concluye que "se mantienen bastante estables" e incluso en 2009 se comienza a notar una tendencia al alza.

El pasado año las cifras del desempleo en Balears, aparte de los lógicos disgustos, trajeron consigo un dato histórico: por primera vez el paro femenino (incluyendo el de larga duración) fue inferior al masculino. Logran un trabajo es cada vez menos difícil para ellas (nada que ver con los años 80), pero aún no se animan a montar empresas y todavía existen vetos para que lleguen a las directivas. Sólo un 4% de las mujeres de Balears es empresaria; mientras que los hombres son el doble: un 8,4%. Estas cifras se vienen manteniendo estables desde hace años y lo peor es que no hay indicios de que vaya a mejorar. Los despachos de dirección también se siguen diseñando a la medida del hombre, una tendencia que en el archipiélago es más acusada que en el resto del país.

En cuanto a puestos políticos, Zapatero (abanderado de la paridad) y Bibiana Aído, ministra de Igualdad, pueden estar orgullosos de Balears, que casi cumple la ley y es la tercera región por detrás de País Vasco y Castilla La Mancha con mayor porcentaje de mujeres parlamentarias (ellas representan casi la mitad de la cámara) y también lideran la proporción de féminas en las conselleries (43%). En los ayuntamientos, hay un 41% de regidoras, pero sólo un 8% de los consistorios están dirigidos por alcaldesas, la segunda peor cifra de todo el país.