El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, dijo hoy que no ve "en absoluto necesario" la celebración de un congreso extraordinario en Balears para elegir al presidente regional de esta formación, puesto que ahora lo que debe hacer el partido es recuperar el gobierno autonómico y sacar de las instituciones al "caótico Ejecutivo de seis partidos", tarea que consideró prioritaria, en lugar de "abrir nuevos frentes internos" dentro de la formación.

En una entrevista concedida a IB3 Televisió, el también diputado por Valencia manifestó abiertamente la oposición de Génova a la celebración de un congreso extraordinario en las islas, si bien precisó que "si la dirección regional lo propone y la dirección nacional lo acepta, habrá un Cogreso, pero no es en absoluto necesario".

En este sentido, remarcó que ahora, tras ganar las pasadas elecciones autonómicas, donde el PP ganó pero no pudo gobernar porque seis partidos "le arrebataron el gobierno", el PP se encuentra en una "situación de estabilidad, de relanzamiento" y "en lo que tiene que pensar es en recuperar el gobierno y no en abrir nuevos frentes".

Preguntado por el apoyo del presidente nacional, Mariano Rajoy, a la figura del presidente en Balears, José Ramon Bauzà, González Pons aseguró que éste cuenta con el apoyo "no sólo del presidente, sino de todo el partido, porque por algo es nuestro presidente en las islas".

Y prosiguió: "en este momento, el PP balear representa una metáfora de la esperanza política en Balears, porque el caos, la desorganización y el desorden en el que está sumido el Govern, está pidiendo una vuelta al sentido común y a un partido moderado a la comunidad".

Desde el PP nacional, manifestó, "preocupa la marcha del Govern, de las instituciones de Balears, no la marcha del PP balear, al que vemos tranquilo, sereno y con mucha ilusión y ganas de servir a los ciudadanos de las islas".

Respecto al relevo de la ex presidenta regional, Rosa Estaràs, quien dejó el cargo tras no soportar los obstáculos internos que le impedían dirigir el partido, aseveró que "las etapas de transición en los partidos siempre son convulsas, y contienen soluciones ensayadas que muchas veces no alcanzan su objetivo final".

Sin embargo, insistió en que el PP ganó las elecciones en 2007, pero "seis partidos le sacaron del gobierno" y ahora "debemos volvernos a merecer la confianza de los ciudadanos, porque, según parece, sólo podemos gobernar con la máxima confianza representada en las urnas". "Estamos en la recta final y sólo pensamos en las próximas elecciones y en ganar", apostilló.

Desprestigio a Jaume Matas

Así, el responsable de Comunicación del PP opinó sobre la situación judicial del ex presidente, Jaume Matas, llamado a declarar el próximo 23 de marzo en un caso de supuesta corrupción, y consideró que, sin entrar en el fondo del caso, "porque lo desconozco, sí estimo que la investigación judicial sobre el ex dirigente se está haciendo con saña con el objetivo de dañar la imagen y el nombre de Jaume Matas".

"El método que se sigue para investigarle tiene mucho de cacería", consideró, tras lo cual añadió si finalmente "todo queda en nada", se habrá "desacreditado el nombre de Matas", y esto es "gravísimo". Pons opinó que desde fuera se percibe que existe una "voluntad transparentada de que el nombre de Matas quede en entredicho". Pese a ello, consideró que si la justicia lo ve necesario, "sí habría que interrogarle, pero no es lógico que en cada diligencia policial haya fotógrafos y cámaras".

'Totum revolutum' en el Govern

Cuestionado sobre el actual Govern de Francesc Antich, González Pons valoró el trabajo del dirigente socialista "con mucha preocupación", porque, a su juicio, Balears siempre ha sido una Comunidad "próspera", y ahora "está a punto de conseguir el record de 100.000 parados", lo que calificó de "drama".

"Balears puede tener un gobierno bueno, mediano o mediano, pero tiene derecho a tener un gobierno, no seis, y ahora tiene una mezcla, un 'totum revolutum' de siglas para repartirse el poder, no para ejercerlo", sentenció.

Y agregó, "cuando un dirigente echa la culpa al que gobernó antes, es un claro signo de estar ante un mal gobernante, porque los buenos no echan la culpa de lo que hay al pasado, es claramente un signo de debilidad", señaló.