El presidente de asociación de promotores de Balears, Gabriel Oliver, señala que la exclusión de las empresas isleñas del mercado de la segunda residencia para extranjeros en un fenómeno característico de Balears, y que no se ha dado en otras comunidades autónomas, como la valenciana o Murcia.

La explicación, según subraya, se encuentra en las restricciones urbanísticas del archipiélago, que han servido también para la destrucción del litoral balear no haya sido tan pronunciada durante los últimos años como otras zonas de la costa peninsular.

Así, Gabriel Oliver recuerda que el promotor balear ha podido desarrollar proyectos de un máximo de 30 viviendas, aproximadamente, mientras que en Alicante o Murcia se desarrollaban complejos con cientos de inmuebles.

En estos últimos casos, el presupuesto que se podía destinar a promoción era lo suficientemente alto como para que la empresa española pudiera realizar directamente sus propias campañas de venta en la misma Alemania, incluso fletando vuelos para los posibles compradores, mientras que el empresario mallorquín se veía obligado a dejar la comercialización de su producto en manos de intermediarios de otros países.