"Aún no me he vacunado, pero cada año lo hago contra la gripe estacional y este año lo haré contra la gripe A." El conseller de Salud, Vicenç Thomàs, respondió sin dudar a la pregunta de Carmen Castro, una de las portavoces del PP en la comisión de Salud.

El problema es que la vacuna contra la gripe A no es un producto cualquiera que un particular pueda comprar ahora mismo en las farmacias, sino que se reserva para los grupos de riesgo. Y el conseller, según reconoce su equipo, no forma parte de ninguno de estos colectivos, a los que se prescribe desde un punto de vista "estrictamente científico y técnico".

El mismo responsable de Salud enumeraba ayer en el Parlament los colectivos que pueden beneficiarse de esta vacuna, de la que se deshizo en elogios por ser "muy eficaz y muy recomendable" para los que padecen enfermedades crónicas que puedan complicarse con el virus, el personal sanitario, sociosanitario, los cuerpos de seguridad y penitenciarios. Los docentes, que solicitaron acceder a la vacunación, fueron excluidos de ella.

Balears dispone de 215.000 dosis para las cerca de 190.000 personas que se incluyen en los demás grupos; no se descarta que determinadas personas –como los niños– puedan necesitar una segunda tanda de inyecciones.

Protesta del PP

La portavoz del PP y ex consellera del ramo, Aina Castillo, protestó ayer por el anuncio efectuado por el conseller, al considerar que se va a beneficiar de un producto vedado a los ciudadanos. Aunque se prevé que en diciembre pueda conseguirse la vacuna en las oficinas de farmacia –siempre bajo prescripción médica–, la liberalización del producto llegará cuando la epidemia se encuentre en su momento más intenso.

Según comunicó ayer Thomàs, la tasa actual de Balears está en 141,6 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la incidencia estatal es de 327 casos, y prevé que en las próximas semanas aumente de manera paulatina, adelantando este año la época de gripe.