Cuando Aena anunció la adjudicación, manifestó que se trataba de la primera instalación hotelera dentro de un recinto aeroportuario español. El proyecto inicial establece

seis plantas de altura y otras dos en el sótano. El inmueble destacaría por sus prestaciones para reuniones y convenciones, al disponer de 880 metros cuadrados de salones, espacio que puede ser modulado en 15 salas de entre 30 a 115 metros cuadrados.