Rafael Perera, representante legal de Jaume Matas, que estuvo presente durante el registro, explicó a los investigadores que su cliente le había confirmado que en la casa no había ninguna caja fuerte. Inicialmente, los investigadores no creían que un inmueble de estas características careciera de una caja de seguridad, y examinaron detenidamente paredes, suelo e incluso el techo, en busca de rendijas que revelaran el emplazamiento. La caja fuerte no apareció, aunque algunos de los investigadores seguían sin verlo claro. La gran superficie del inmueble –487 metros cuadrados– y la magnitud de la reforma, hace que no se pueda descartar al cien por cien que exista.