La madre del guardia civil Carlos Sáenz de Tejada, asesinado por ETA en Mallorca el pasado 30 de julio, cree que el terrorismo de ETA "no acabará" porque "hay muchos que les apoyan y a los niños se les sigue educando en el odio". Ester María García realizó ayer estas manifestaciones en Burgos, ciudad castellana adonde se trasladó el president Francesc Antich para imponer a su hijo la Medalla de Oro de la Comunidad a título póstumo. El pasado día 12, durante la celebración de la patrona de la Guardia Civil en Palma, el jefe del Ejecutivo entregó el mismo galardón a los padres del otro agente fallecido, Diego Salvà.

Poco antes de recibir junto al resto de su familia el reconocimiento de Balears, la madre de Sáenz de Tejada, reconoció que el día del atentado se negó a creer la noticia, pero "después reaccionas llamando hijos de puta a los que son hijos de puta".

Rememoró también cómo el día antes del asesinato se produjo la explosión de la casa cuartel de Burgos, y ella fue con su marido a ver lo ocurrido porque un sobrino vivía en una de las viviendas próximas al edificio atacado. Esa misma tarde habló con su hijo Carlos y él le comentó que había dos coches más con explosivos que todavía no habían aparecido.

Dedicación abnegada

En el acto de entrega de la Medalla de Oro, el president Antich agradeció la "abnegada dedicación" de los guardias civiles al servicio de los ciudadanos y su "entrega" por preservar los valores del Estado de Derecho.

En referencia a Carlos Sáenz de Tejada y a Diego Salvà, Antich señaló que "su recuerdo da coraje para no desfallecer ante la barbarie terrorista y en nuestro compromiso de unidad frente a la vileza de los desalmados".

En el mismo acto, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, manifestó que toda la sociedad democrática tiene una deuda con Carlos Sáenz de Tejada y ha afirmado que esa deuda "se saldará cuando todos unidos seamos capaces de terminar con el terrorismo".