A la mayoría de las personas algo se les revuelve por dentro cuando oyen la palabra ´esquizofrenia´. La mayoría de las personas no sabe casi nada de la enfermedad y sólo tiene prejuicios.

Esas opiniones negativas son muy difíciles de erradicar porque la gente no habla de las enfermedades mentales. Son tabú. No se comentan, las familias de los afectados lo ocultan y los medios de comunicación sólo hablan de ellas cuando una persona con un trastorno mental grave protagoniza algún escabroso suceso.

Al hablar de dolencias como el trastorno límite de personalidad (que padece el 2% de la población) o de la esquizofrenia (que afecta al 1%), las personas que sí conocen estas enfermedades suelen equipararlas a la diabetes para que otros puedan entenderla. Como la diabetes, la esquizofrenia tiene grados y, como la diabetes, "si uno se controla, tiene los medios, toma la medicación y se somete a revisiones, se puede mantener estable". Así lo ve Josep Serra, para el que su hijo, diagnosticado de esquizofrenia hace unos años y que ahora lleva una vida normal, es el mejor ejemplo. "Son personas como las otras", apunta, "pero han de tomar una medicación", puntualiza este hombre para quien es vital potenciar su formación y su inserción laboral.

Según la Organización Mundial de la Salud, entre el 15 y el 20% de la población sufrirá a lo largo de su vida un trastorno mental, veáse depresión, ansiedad, esquizofrenia, fobias, anorexia, toxicomanía... Este trastorno, narra el doctor César Azpeleta, puede convertirse en grave si es diagnosticado como crónico y si conlleva el deterioro de la persona y sus relaciones.

El doctor Azpeleta confirma que en los próximos años seguirá creciendo el número de afectados, entre otras cosas por el consumo de drogas (que no siempre es la causa principal, pero que sí puede ser un detonante). Otra causa de este previsiblemente incremento es la situación de crisis económica, ya que cualquier situación de estrés puede favorecer que aparezcan o que se agraven estas dolencias.

Estas personas, que son más de las que la gente se cree, tienen un trastorno que se puede tratar con medicación. El resto de la población tiene un tabú que se debe tratar hablando del tema sin miedo y quitándose prejuicios.