Los deportistas participantes en el mundial de ciclismo celebrado hace dos años en el velódromo de Palma no fueron los únicos en ir deprisa. El Govern de Jaume Matas, a través de su Instituto Balear de Turismo (Ibatur), aprobó en cuatro días un gasto de 350.000 euros destinado a patrocinar el citado campeonato. El desembolso se resolvió sin que el entonces director gerente del Ibatur, Raimundo Alabern, leyera el informe sobre su validez jurídica.

Alabern compareció ayer ante el juez instructor y el fiscal del caso Palma Arena para explicar la razón que le empujó a firmar este convenio de colaboración valorado en 60 millones de pesetas con la agencia de publicidad Nimbus. El ex alto cargo de la conselleria de Turismo, defendido por el abogado Gregorio San José, llegó a las nueve de la mañana vestido con camisa blanca y pantalón oscuro, prestó declaración durante casi hora y media y rehusó atender personalmente a los medios de comunicación que aguardaban a las puertas de los juzgados de Vía Alemania.

La colaboración entre el Ibatur y la empresa Nimbus, investigada por presunta financiación del PP, pretendía fomentar el turismo deportivo. El juez se interesó por la celeridad en la que se despachó un asunto de tanta envergadura económica y que iba avalado por un estudio prolijo. Alabern adujo que era "perfectamente posible" su tramitación en 96 horas, más teniendo en cuenta que él "no lee los informes jurídicos". Esta última reflexión propició que el juez José Castro le preguntara para qué lo encargó si luego no se preocupó de repasarlo. El ex director gerente alegó que el jefe del departamento jurídico le daba cuenta de su contenido de manera verbal.

En relación a este informe, los investigadores han llegado a la conclusión de que no se tuvo en cuenta a la hora de gastar los 350.000 euros. Un día antes de que los servicios jurídicos lo remitieran, Alabern había enviado una carta coloquial al propietario de Nimbus, Miguel Romero, donde le comunicaba que su propuesta contaba con el visto bueno. El alto cargo de Turismo atribuyó la disparidad de fechas a un error manual: la data del informe se puso con un tampón "sin actualizar".

Raimundo Alabern accedió a la dirección del Ibatur en sustitución de Juan Carlos Alía, quien dimitió a raíz del caso Rasputín -consumición de bebidas en un club de alterne de Moscú a cargo del erario público-. Su trayectoria al frente del instituto se prolongó desde su nombramiento, a mediados de 2004, hasta junio de 2007. En todo ese tiempo trabajó codo con codo con el ex conseller del ramo Joan Flaquer (PP). Por este motivo, el magistrado le interrogó sobre el papel que jugó Flaquer en la aprobación del convenio. Alabern disculpó a su antiguo jefe. Aunque la cuantía del acuerdo exigía la intervención de Flaquer, dijo, el ex conseller se limitó a firmarlo tras atender su recomendación sobre la idoneidad del patrocinio. En este sentido, admitió que no discutió el presupuesto que le presentó la agencia de publicidad porque "era ajustado". La fiscalía anticorrupción y la Policía analizan otros patrocinios deportivos y culturales suscritos por el Ibatur. Esta entidad, dependiente del Govern, rubricaba una media de treinta al año.

Tras concluir la declaración ante el juez y los fiscales, su letrado, Gregorio San José, explicó que "no se ha concretado" el delito que se le ha imputado a su cliente "por el momento", aunque "en uno o dos meses podemos pedir el sobreseimiento de la causa".