El ex gerente de la Fundación Illesport, Gonzalo Bernal, confesó ayer ante el juez que nunca comprobó ninguna factura. El alto cargo del organismo que representaba al Govern en la construcción del Palma Arena dijo que desconocía por qué la UTE había cargado al consorcio facturas por la seguridad y la limpieza del velódromo que estaban hinchadas en un 400 por ciento. El imputado, defendido por el letrado Andreu Rotger, aseguró que Pepote Ballester era quien realmente dirigía la Fundación Illesport. Según su versión, el medallista olímpico y Jorge Moisés tomaban las decisiones, encargaban los trabajos que se tenían que realizar y luego cargaban las facturas a la Fundación. Todas estas facturas no fueron comprobadas por el gerente, tal y como reconoció ayer ante el magistrado José Castro, que investiga la presunta trama de corrupción en torno a la gestación del polémico velódromo.

Bernal, que prestó declaración durante más de una hora y media en el juzgado de instrucción 3 de Palma, explicó que ni Ballester ni Moisés justificaban la necesidad de los gastos. Simplemente, daban el visto bueno al pago de las facturas. El ex director gerente de Illesport también apuntó al tándem Ballester-Moisés como el que ideó la adjudicación de la campaña de publicidad del Mundial de Ciclismo de 2007 por 870.000 euros. Gonzalo Bernal recordó que se inició un expediente de contratación con la empresa Nimbus, que también se encargó de la campaña electoral del PP a precio de coste.

No asistía a las reuniones

El ex gerente, que estuvo en Illesport entre los años 2003 y 2007, indicó que él redactaba las actas de las reuniones que celebraba la Fundación, si bien no asistía a esas citas. Bernal admitió ciertas irregularidades en las actas. Según su versión, de entrada él hacía constar todos los nombres de los patronos y luego se eliminaban los que no habían asistido a la reunión. El imputado señaló que por defecto ponía a todas las personas. También sostuvo que Pepote Ballester era quien le comentaba los acuerdos que habían alcanzado y en base a este informe él redactaba el acta. Luego, se la pasaba a Antonio Amengual, que actuaba de secretario y en alguna ocasión le hizo corregir algún detalle o anular el nombre de alguien que realmente no había asistido a una de las reuniones. A pesar de elaborar las actas, el ex gerente recalcó que no estuvo presente en ninguna de esas citas. De hecho, Bernal incluso reconoció que ignoraba si estas reuniones llegaron a celebrarse o no, "ya que nunca asistía".

El imputado, que fue el último en declarar ante el juez después del aparejador y Antoni Palerm, comentó que se adjudicó el diseño y la construcción del Palma Arena al arquitecto Ralph Schürmann porque venía avalado por un informe de Pepote Ballester en el que se decía que el alemán era el único en el mundo que podía hacerlo y ellos lo creyeron.