Entre los desfases y presuntas irregularidades detectadas en la construcción del Palma Arena, los investigadores han comprobado que se instalaron 2.000 metros cuadrados de lona en el velódromo pero se cobraron 7.000. También se abonaron unos trabajos de nivelación de terrenos para el aparcamiento cuando en realidad nunca se llegó a hacer esa tarea.

Los agentes de la Policía Nacional y el magistrado del juzgado de instrucción 3 de Palma, José Castro, están reuniendo todo tipo de pruebas para intentar demostrar que las facturas se hinchaban y se cargaban importes mucho mayores que los costes reales.

Los descuadres en los materiales utilizados y en los trabajos realizados durante la construcción del polémico velódromo parecen más que evidentes para los investigadores. Los imputados se excusaron en las prisas por acabar a tiempo el pabellón deportivo. Sin embargo, el resultado final ha dejado mucho que desear, ya que, además del sobrecoste de unos 60 millones de euros, el Palma Arena acumula múltiples deficiencias. Entre ellas, la pista de ciclismo, que no está homologada y supone un peligro para los ciclistas, ya que se astilla en las caídas de los deportistas. La madera de pino siberiano parece haber salido defectuosa. Uno de los implicados trató de justificar que lo que ocurrió es que la madera se mojó, y de ahí las deficiencias en la pista ovalada.