La culpa del sobrecoste para terminar el velódromo de Palma fue del arquitecto alemán Ralf Schürmann, quien diseñó el proyecto original. Esta es la línea de la estrategia que seguirán los detenidos en el marco de la operación Espada, que están acusados de una serie de delitos económicos cometidos en este proyecto público.

El primero en asumir esta línea de defensa fue el ingeniero Miguel Ángel Verger, representado por el abogado José Ignacio Herrero, que fue el único de los seis detenidos que salió el miércoles en libertad tras ser arrestado. Verger regresó ayer tarde a las oficinas de la Policía para continuar con su declaración y volvió a quedar en libertad horas después.

El ingeniero explicó que entró en el proyecto cuando todavía dirigía las obras el arquitecto alemán. Dijo que Schürmann era el mayor especialista en el diseño de pistas cubiertas de ciclismo, pero averiguó más tarde que nunca había diseñado un velódromo, por lo que eran muchas y graves las deficiencias que presentaba su proyecto. Verger aclaró que asumió después el proceso de ingeniería del velódromo de la mano de los arquitectos García Ruiz, que fueron los que formalmente le contrataron. Aclaró que antes de que se produjera este cambio en la dirección técnica habían existido relaciones comerciales entre los García Ruiz y el arquitecto alemán.

El ingeniero cobró unos honorarios de 1.800.000 euros. Sostuvo ante la Policía que el dinero se lo abonaron directamente los hermanos García Ruiz, aunque desconocía de dónde habían conseguido la financiación. Defendió que estos honorarios estaban por debajo de la minuta que establece el colegio oficial.

El ingeniero acusó al arquitecto alemán de no haber calculado el coste real del proyecto ya que, según él, el diseño que presentó carecía de muchos elementos que se consideran básicos en este tipo de construcciones. Consideró que este error de cálculo del presupuesto se debía a la falta de experiencia de Schürmann en este tipo de edificios, a pesar de que su nombre fue propuesto directamente por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

La Policía le mostró ayer al ingeniero la partidas de materiales que se abonaron (que aparecen en las facturas) y las que realmente se colocaron en la obra, ya que se ha detectado un claro desfase entre lo que se ha pagado y lo que se ha utilizado en la construcción. El ingeniero reconoció que sólo podía homologar una parte de los elementos instalados. Del resto, lo desconocía.

La misma estrategia

Hoy está previsto que la Policía interrogue a los otros detenidos. Fuentes jurídicas señalaron que tanto Pepote Ballester, ex director general de Deportes, como Jorge Moisés, ex gerente del Palma Arena, mantendrán la misma estrategia para justificar que se gastara tanto dinero para este proyecto. Mantendrán que el proyecto de Schürmann era muy deficiente y no preveía el cálculo real de la obra. Por ello tuvieron que adoptar medidas urgentes para terminar con la construcción.