Los arquitectos Jaime y Luis García-Ruiz, conscientes de los disparatados honorarios que recibieron por la dirección técnica del Palma Arena, adujeron en varias ocasiones que una porción del dinero lo destinaron al pago de partidas de obra. Según varios expertos consultados, esta atribución "jamás corresponde" a los arquitectos, quienes, a lo sumo, se encargan de retribuir a sus más directos colaboradores.

Los sustitutos de Ralph Schürmann accedieron a la dirección del proyecto en marzo de 2006 tras la rescisión del contrato del alemán. Lo hicieron sin concurso público y cobraron su retribución a través de facturas que no justificaban de forma detallada los servicios prestados. De haber convocado un concurso público, el ex president del Govern Jaume Matas no hubiera podido ver cumplido su deseo de inaugurar la instalación deportiva para los mundiales de ciclismo y antes de la celebración de las elecciones autonómicas.